La Junta recupera las termas para su explotación privada

José Palomeque es el último “bañero” de las termas de Jabalcuz. Durante tres generaciones, su familia fue la accionista mayoritaria de la sociedad que gestionó el balneario y los inmuebles que la circundaban en una extensión de 14 hectáreas. Y, aunque después de remover cielo y tierra para garantizar el uso de este espacio, tuvo que desprenderse de su propiedad y asistir, impotente, a su deterioro y al olvido de políticos a los que “Jabalcuz no les importaba en absoluto”, ayer siguió con sumo interés y agrado la visita que el consejero de Medio Ambiente, José Fiscal, realizó a la zona para conocer las obras en las que su departamento lleva enfrascado 6 meses. “Esto es un cumplimiento mínimo de conservación de un BIC (Bien de Interés Cultural). Se exige que no se caiga y con esto lo han conseguido”, valoró. Pero aclaró: “[Las termas] no tienen futuro todavía porque uno de los dos elementos esenciales, el agua, está perdida. La última limpieza fue en 1979, no sabemos si hay agua termal y, hasta que no se sepa, poco podemos hacer”. No obstante, aplaudió que la Junta recuperara a principios de año su propiedad porque —reflexionó—: “Es ella la que tiene competencias para resolver esos problemas. El Ayuntamiento no habría podido y hay que arreglar el borrico antes de venderlo”.  

21 nov 2015 / 10:10 H.


Y es que —recalcó Fiscal— ese es el objetivo de su Consejería, una vez que concluya una rehabilitación que excede las dos fases del proyecto que se ejecuta ahora con fondos europeos. En esta primera etapa, y dado que “no hay recursos para rehabilitar” —como expuso el director de obra al consejero—, las tareas se circunscriben a la consolidación de la estructura del balneario, a restituir sus cubiertas, “que estaban hundidas”, y a adecentar el entorno con un “pequeño jardín”, una zona destinada a aparcamiento y la adecuación de un sendero que conduzca hasta el manantial principal.
Dotado con una inversión que ronda los 800.000 euros, la primera fase del proyecto finalizará “sobre el 30 de noviembre”, señaló el delegado de Medio Ambiente, Juan Eugenio Ortega. La segunda empezará “cuando pasen las lluvias” y —interrumpió Fiscal—: “Esperamos que puedan estar antes del verano”. “Cuando terminen, no estaremos en el objetivo final, que sería la explotación del edificio”, continuó. Para ello, reconoció que son necesarias “fases posteriores [de rehabilitación] para las que no hay fechas”. Pero mostró el deseo: “Nos gustaría que fuera cuanto antes y que hubiera verdadero interés por parte de la iniciativa privada para explotarlo porque la idea de la Consejería es sacarlo a concurso con la figura que sea”. “Lo idóneo —concluyó— sería que se convierta en algo parecido a lo que fue o que se le dé un uso público relacionado con un balneario, un hotel rural o las dos cosas. Esa es la vocación de la Consejería”.
Antes de ese día, y si los plazos estimados por Medio Ambiente se cumplen, el año que viene, el balneario podría ser un espacio visitable de “uso interpretativo”, con “cartelería” específica “para que la gente vea” el esplendor que, en un pasado no tan remoto, rodeó a Jabalcuz.