La Junta deniega la ayuda a EDM y la aboca al concurso de acreedores

“¿Qué hemos hecho nosotros, Díos mío? ¿Qué hemos hecho?”. Este grito desesperado en las escaleras de la quinta planta de la Delegación de Empleo y los ojos vidriosos de Javier Rodríguez fueron, ayer, la entradilla periodística en la crónica de la muerte anunciada que, desde hace meses, se escribe sobre EDM. Después de hacer “lo posible y lo imposible”, la delegada de Empleo, Irene Sabalete, compareció ante los medios para informar de que la Junta ha denegado el expediente que la gerencia había presentado para fraccionar el pago de la deuda de la firma con la Administración andaluza. “Al no presentar las garantías suficientes para que pudiéramos hacer efectivo el pago, no nos ha quedado otra solución que denegar el expediente”, indicó Sabalete, que lamentó la situación “muy difícil” por la que atraviesan los trabajadores de la firma.
“Por eso, quizá, el expediente ha sido complejo y largo en el tiempo”, dijo, pero insistió: “Si la empresa no justifica un incentivo económico, no podemos hacerle entrega de otro, porque ¿qué garantía tenemos de que ese dinero haya ido donde debía: a la creación o al mantenimiento de puestos de trabajo?”. Y para muestra, un botón. El aval que la gerencia presentó son “varias instalaciones, pero algunas de ellas etán embargadas y otras tienen extensión de embargo”, apuntó la delegada, que, en todo momento, culpó a la empresa de los impagos que sufren los trabajadores, que acumulan entre seis y diez nóminas sin cobrar, y que ahora —sugirió Sabalete— para conseguir que se les abone ese dinero tendrán que “demandar judicialmente a la empresa”. Pero los empleados no comparten la opinión de Sabalete. “Es innegable que la principal responsable es la empresa, pero, desde 2007, EDM ha recibido 6,5 millones de dinero público y tiene que estar en algún lado. Lo que no se entiende es que se hayan dado ayudas a mansalva y que, para esta, que iba a ir directamente al bolsillo de los trabajadores, se hayan puesto 1.001 trabas”, se quejó el presidente del comité de empresa, Antonio Garrido. Lamentó: “La Junta nos ha negado la única vía que teníamos para salir de esto. Estamos decepcionados y hundidos, pero —continuó—, de la decepción tenemos que pasar a la fuerza, porque tenemos un compañero en huelga de hambre y sabemos el trasfondo de todo esto”. Anunciaron que no cejarán en la lucha y que le exigirán a la Junta “que busque a los culpables”. La denegación de la ayuda supone el inicio del procedimiento de apremio de la deuda y aboca a EDM a un concurso de acreedores y, de ahí —temen los trabajadores—, “al cierre”. Para analizar la delicada situación en la que se encuentra ahora la empresa, ayer por la tarde, hubo un consejo de administración y una reunión con los trabajadores.
Nuria López Priego/Jaén