La Junta avisa de “condiciones favorables” a la mosca del olivo

Una honda preocupación se apodera de los hombres del campo de esta tierra cuando van a su finca y comprueban que hay picaduras de la mosca del olivo en sus aceitunas. Saben que, si la plaga se consolida, pueden tener enormes daños y pérdidas en la cantidad y la calidad del aceite que se obtenga de sus frutos. La Red de Alerta e Información Fitosanitaria de Andalucía —un organismo dependiente de la Consejería de Agricultura de la Junta— avisa de que ya se han detectado las “primeras picadas vivas” en la provincia. También asegura que se ha producido un incremento de las capturas de la población adulta de este insecto. Y aporta un dato que es todavía más preocupante: “Las condiciones meteorológicas comienzan a ser favorables para esta plaga”. Es un aviso a navegantes, ya que la proliferación de este insecto se puede controlar adecuadamente. De lo contrario, las pérdidas pueden ser considerables.

15 ago 2015 / 09:09 H.


La mosca pone sus huevos de los que nacen las larvas, que se alimentan de la pulpa del fruto del olivo. Los daños que causan son cuantitativos y cualitativos. Por un lado, consumen una parte importante de las aceitunas, lo que reduce el rendimiento del aceite. Otra parte de la producción se pierde debido a que los frutos atacados caen prematuramente del árbol. Pero es que este insecto también merma la calidad, ya que las aceitunas picadas tienen más acidez. Además, en los restos que la larva deja dentro del fruto se desarrollan hongos que atacan las cualidades organolépticas de los caldos. Por ello, en las fincas afectadas, es muy difícil obtener virgen extra, lo que se traduce en unos 50 o 60 céntimos menos por kilo.
Hasta ahora, las altas temperaturas habían frenado la proliferación de las larvas y, sin ellas, no hay picadas. Sin embargo, la Junta alerta de que ya se han detectado las primeras aceitunas “manchadas”. Es decir, la mosca ya ha puesto sus huevos y estos han eclosionado. Por ello, es conveniente comenzar con los tratamientos preventivos. Al respecto, Agricultura aconseja vigilar el cultivo y observar, sobre todo, la evolución del insecto. Hay que fijarse en la cantidad de población adulta capturada en las trampas, como la incidencia de las larvas sobre las aceitunas, mediante la realización de muestreos de frutos. Otro motivo más de preocupación para los olivareros, que siguen mirando al cielo para que llueva.