La Junta avisa a los olivareros que habrá que ser 'más competitivos'
Las ayudas seguirán llegando de Europa, pero habrá que cambiar el “chip”. Ese es el mensaje que ayer lanzó la Junta a los agricultores andaluces. Fue la consejera del ramo, Clara Aguilera, la que dio un toque de atención tras conocerse la intención de la UE de cambiar el sistema de reparto de las subvenciones.
“Hay que ser más competitivos”, resumió la máxima responsable de la política agraria en la comunidad. La consejera de Agricultura reiteró que las ayudas comunitarias al campo se mantendrán más allá del año 2013 y avisó de que habrá cambios en su reparto: “Esperemos que sea para mejor”, dijo Aguilera, durante una comparecencia en Córdoba.
¿Se sabe ya cuáles son esos cambios? El comisario europeo de Agricultura, Dacian Ciolos, expuso sus intenciones el pasado 20 de julio, unos planes que pasan por la supresión de los derechos históricos declarados por los productores y que sirven para determinar las cuantías de las ayudas. Europa se inclina por una distribución de los fondos en los que se prime la superficie, no la producción, y en los que se valorarán otros criterios: “Se tendrán en cuenta el empleo y la creación de riqueza, no sólo las referencias históricas”, citó la consejera. Habrá otros condicionantes, como el respeto al medio ambiente, la ubicación en zonas de alta montaña o la lucha contra el cambio climático. “Las subvenciones van a seguir viniendo, pero hay que hallar una mayor competitividad en algunos sectores y resolver algunos problemas estructurales y algunos sectores productivos en Andalucía”, avisó Clara Aguilera. El nuevo modelo de reparto de fondos está todavía “en pañales”. Hasta el momento, tan sólo se ha producido una declaración de intenciones del comisario Dacian Ciolos: “Los criterios históricos ya no son una opción”, aclaró, al tiempo que descarta que se vaya a imponer una “prima fija”, una especie de “tarifa plana” o de dinero mínimo que recibirán los agricultores para que su explotación sea rentable.
De todos modos, será a partir del otoño cuando la Política Agraria Común (PAC) comience a tomar forma. La Comisión Europea elaborará entonces el primer documento oficial. A partir de ahí, la Comisión comenzará a negociar la reforma. Además de la forma de repartir, habrá que concretar cómo de grande es la tarta, es decir, a cuánto asciende el presupuesto comunitario para ayudas al campo. Esa partida depende directamente de las negociaciones entre los jefes de Estado y de Gobierno de los veintisiete estados miembros. La lógica hace pensar que esos fondos deben aumentar, porque hay más invitados.Hay que recordar que en la anterior PAC, la Unión estaba compuesta por quince estados. Sin embargo, no hay que olvidar la actual época de recesión.
Rafael Abolafia / Jaén