La juez Lourdes Molina dice hasta siempre ante una legión de amigos
Rafael Abolafia /Jaén
Lourdes Molina ya ha puesto sus primeras sentencias como presidenta de la Audiencia de Almería. Sin embargo, y como ella dice, “nunca me iré de Jaén”. Ayer, dijo hasta siempre. Se despidió ante una legión de amigos que quisieron acompañarla en un almuerzo que sirvió para homenajearla.

Lourdes Molina ya ha puesto sus primeras sentencias como presidenta de la Audiencia de Almería. Sin embargo, y como ella dice, “nunca me iré de Jaén”. Ayer, dijo hasta siempre. Se despidió ante una legión de amigos que quisieron acompañarla en un almuerzo que sirvió para homenajearla.
La magistrada Lourdes Molina estaba emocionada, muy emocionada, sobre todo a la hora de los discursos, todavía con las copas de champán en la mano. Compañeros y amigos resaltaron los valores personales y profesionales de una togada que ha pasado los últimos dieciocho años en la Audiencia Provincial de Jaén.
Ejerció de maestro de ceremonias el magistrado Jesús Passolas, que le dedicó el poema “Si” de Ruyard Kipling. “Es lo que más se acerca a la personalidad de Lourdes”, dijo nada más empezar a recitarlo. Le siguió en el atril Francisco Rodríguez Novel, el decano del Colegio de Graduado Sociales, quien destacó la colaboración de la magistrada con los profesionales de su gremio.
José Jiménez Cózar, máximo representante de los procuradores jiennenses, alabó el esfuerzo de Lourdes Molina: “Las cosas no pasan por casualidad. Además de tu sapiencia jurídica y de tu sentido común, tú le pones mucho trabajo”, dijo. El decano del Colegio de Abogados, Javier Carazo, le auguró “un magnífico futuro profesional”: “Pienso que su carrera no ha hecho nada más que empezar”, agregó. En la misma línea se expresó Elena Arias Salgado, presidenta de la Audiencia de Jaén: “Es una magnífica profesional del Derecho, que dicta sentencias que son garantías de acierto. Su nombramiento no es la meta de su carrera, sino un punto de partida”. José María Casado, fiscal jefe de Jaén y preparador de Lourdes Molina, alabó, no sólo la faceta profesional de la flamante presidenta de la Audiencia de Almería, sino también su lado más humano: “Tiene una cabeza llena de proyectos, que yo comparto. Puedo decir que me siento muy orgulloso de ti”, aseguró.b También hablaron dos de sus amigos,Manuel Anguita Peragón y el abogado Alfonso Ramírez. Este último le deseó que se mantenga en la misma línea. “Así, a ningún justo le será arrebatada la esperanza”, concluyó.
“Gracias a todos de todo corazón”.
Así empezó Lourdes Molina su discurso, el que cerró el almuerzo de despedida celebrado ayer en su honor. La magistrada y presidenta de la Audiencia Provincial de Almería resaltó, en varias ocasiones, la calidad de los amigos que ha hecho en Jaén a lo largo de las dos últimas décadas: “La vida me ha permitido no estar nunca sola, tener siempre gente a mi lado que me han ayudado a alcanzar mis metas”, aclaró. Entre ellos, citó a los magistrados Juan Ruiz Rico y Luis García Valdecasas, a todos sus compañeros de la Audiencia Provincial, a José María Casado (“mi maestro, mi amigo”) y a la secretaria de la Sección Tercera, Eulalia Bejarano (“siempre Laly”). También tuvo palabras de agradecimiento a todos los funcionarios con los que ha trabajado y a la Junta de Andalucía, que colaboró en una de sus iniciativas, el Foro por la Justicia. Tras la mirada al pasado, Lourdes Molina se fijó en el futuro: “Y ahora Almería, donde me han acogido muy bien. Profesionalmente, me he marchado, no me han trasladado. Es lo que he elegido voluntariamente. Sin embargo, soy Lourdes y seguiré siendo la misma”, dijo a sus amigos. La magistrada de Beas de Segura terminó su discurso con una frase de Jorge Luis Borges: “Sólo una cosa no hay. Es el olvido”.