La guerra de los carteles, a juicio
Casi un año y medio después de la inaudita prohibición municipal de la tradicional pegada de carteles del Primero de Mayo y de la retirada, días después, de los que colgaban de la fachada de Comisiones Obreras (CC OO), el alcalde, José Enrique Fernández de Moya, y el secretario provincial del sindicato, José Moral, se vieron las caras el jueves en un juicio que ha quedado visto para sentencia.
Para el aparato municipal, aquella “guerra de carteles” no fue más que el empeño por mantener limpia la ciudad.
Para el aparato municipal, aquella “guerra de carteles” no fue más que el empeño por mantener limpia la ciudad.
Sin embargo, tanto el sindicato, como la oposición política denunciaron que, detrás, había un ataque a la libertad sindical. De hecho —subrayaron fuentes de CC OO—, el Ayuntamiento envió, “adrede”, a una cuadrilla del Plan de Empleo de la Diputación para quitar los pasquines de una fachada que, desde entonces, se encuentra desangelada, como si hubiera sido objeto de un atentado en una ciudad asediada. Es más, tuvieron que acudir dos veces porque en una primera el sindicato lo impidió y fue, bajo amenazas, como, finalmente, se llevó a cabo la retirada.
Entre la polémica ciudadana y política que provocó esta situación, el concejal de Mantenimiento Urbano reiteró, insistentemente, que el Ayuntamiento solo hacía cumplir una normativa que debía ser “igual para todos”. “Sin distinciones”. “No vamos a permitir la instalación de cartelería en lugares no habilitados legalmente, porque así lo dice la ordenanza municipal, y le tenemos que recordar a CC OO que la Ley es para cumplirla”, subrayó, una y otra vez, en reiteradas notas de prensa. Además, llegó a quejarse del “ejemplo incívico” que estaba ofreciendo el sindicato: “No entendemos que Comisiones Obreras se enfade porque se le obliga a cumplir la Ley, ya que el Ayuntamiento lo que está haciendo es un sobreesfuerzo para mantener limpia la ciudad, eliminando, entre otras cosas, la cartelería de las zonas no autorizadas para estar instalada”.
Sin embargo, tanto para los responsables del sindicato, como para los miembros de la oposición, esta obcecación del equipo de Gobierno local por hacer cumplir a rajatabla el bando municipal de limpieza un año después de su publicación resonaba “ridículo y a persecución ideológica”. En un correo electrónico, la secretaria de CC OO, Isabel Delgado, escribió, cuando el Ayuntamiento amenazó al sindicato con sanciones si se oponía, por segunda vez, a la retirada: “Este no es el comunicado que nos hubiera gustado enviar. Nos parece una burla a la ciudadanía que, en lugar de exigirle al Ejecutivo central que ponga en marcha políticas que favorezcan el empleo y eviten el despido libre y barato que impone la Reforma Laboral aprobada por el PP, el equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Jaén dedique la mayoría de sus esfuerzos a reprimir la actividad de los sindicatos de clase y, en particular, de CC OO”.
Ese día, los nuevos datos de desempleo en la capital elevaban el número de parados a casi 14.000.