La gestante murió por un edema pulmonar, según el parte médico

El oscurantismo es, en opinión de  la familia de Matilde Quesada, el rasgo más indignante en todo el proceso que desembocó en el fatal fallecimiento de esta vecina de Arbuniel, embarazada casi de nueve meses y con una cesárea programada para ayer. Los familiares estiman que la simple reseña de “edema pulmonar” no da explicación alguna sobre las causas que lo ocasionaron o las circunstancias clínicas por las que se produjo. Destacan que, aunque Matilde padecía diabetes gestacional y estaba siendo atendida por la Consulta de Alto Riesgo de Gestantes, nadie le había informado ni a ella, ni a su marido de que esto podía suceder.
Esta vecina de Arbuniel fue enterrada, ayer por la tarde, entre el profundo dolor y la rabia contenida de sus familiares, paisanos y de todos los que la conocieron. En sus entrañas llevará para siempre a la niña que no llegó a nacer. Ahora, a su familia sólo le queda el consuelo de que se haga justicia y de que los responsables de las posibles negligencias que pudieron cometerse en la atención sanitaria a Matilde no queden indemnes. Por eso, está ya en contacto con los abogados que llevarán a los tribunales al Servicio Andaluz de Salud por lo que consideran ha sido una consecución de despropósitos y de falta de criterio profesional. La Policía ha levantado ya el parte del atestado que respaldará esta demanda.
Matilde Quesada se encontraba embarazada de casi nueve meses cuando, la noche del miércoles, comenzó a sufrir dolor de cabeza y náuseas. Se desplazó, junto con su marido, al centro de salud de Cambil, desde donde la trasladaron “en situación estable”, según los responsables del Distrito Sanitario de Jaén, al Hospital Materno Infantil. La gestante llegó al centro hospitalario inconsciente y falleció muy poco después. La familia denuncia que, durante el traslado, no estuvo atendida por profesional sanitario alguno, aunque sus circunstancias indicaban que existía peligro para ella y para el feto.