La Fundación Caja Rural se vuelca con los desfavorecidos
El gerente de la Fundación Caja Rural de Jaén, Luis Jesús García-Lomas, y el hermano mayor de la Real Cofradía del Dulce Nombre de Jesús y Santa Caridad, José Manuel Aguilera, firmaron, en el convento de las trinitarias, un convenio para poner en marcha, por segunda edición consecutiva, el proyecto “Cenas Solidarias”. Se trata de una iniciativa centrada en mitigar la situación de necesidad, especialmente de los inmigrantes que acuden al municipio con motivo de la campaña de la aceituna.

El acuerdo estipula una ayuda dentro de la convocatoria “La Rural Comparte”. Habrá una aportación económica máxima de 2.500 euros. De esta cantidad, la hermandad recibirá un primer pago de 60% antes de que pase un mes, mientras que el resto se resto se abonará después del informe final y la certificación de los gastos. Por su parte, la cofradía debe sufragar 833 euros, es decir, una cuarta parte del importe total. El proyecto estará culminado antes del próximo 30 de abril.
La pasada temporada olivarera los resultados de “Cenas Solidarias” fueron positivos. La comida se ofreció en la antigua sede de la Hermandad del Rocío, en el pasaje situado bajo los juzgados. Se contó con la estrecha colaboración de Cáritas Interparroquial y de un grupo de voluntarios locales.
La cofradía ha participado en varias ocasiones para colaborar en recogidas de alimentos básicos como en la propia acción de personas colaborando en ofrecer la comida por las noches. En los últimos años el colectivo promovió chocolatadas solidarias en Navidad para reunir comida dirigida a los más desfavorecidos, recogidas de comida durante Cuaresma y los cultos a sus titulares Jesús Nazareno y la Virgen del Rosario o entregas de cestas de comida a diferentes familias alcalaínas.
arte. Por otro lado, la Fundación Caja Rural ha costeado la restauración de un Cristo de la Misericordia, un crucificado perteneciente al convento de las madres trinitarias de la Fuente del Rey, a través del programa “La Rural Patrimonio”. La obra en madera policromada, muy valiosa, tiene 165 centímetros de altura, 150 de anchura y 40 de fondo y está datada a mediados del siglo XVI. Se trata de una pieza renacentista de imaginería granadina adscrita a la escuela del artista Diego de Siloé y de su discípulo Diego de Aranda. La restauración corrió a cargo del restaurador de Cabra (Córdoba) Salvador Guzmán. El proceso se centró en reponer los problemas en la pintura, los grietas y las faltas. El coste se estimó en más de 7.000 euros a mediados de 2014, al inicio del proceso. Habrá una presentación sobre los trabajos, el domingo a las once de la mañana en el teatro y mañana por la tarde se inaugurará una muestra en el Palacio Abacial sobre el asunto.