La foto de Bin Laden muerto

'Se busca a Bin Laden, vivo o muerto'. Ese fue el cartel que 'colgó' el anterior presidente de los EE UU, George W. Bush, como toda una declaración de intenciones, no de un gobierno, sino de un país. Ha sido sucesor, Barack Obama, el que finalmente ha visto hecho realidad el deseo de una nación que clamaba venganza por la muerte de miles de inocentes.

    02 may 2011 / 17:03 H.

    Millones de estadounidenses se lanzaron a la calle para celebrar el ocaso de su “hombre del saco”, -aunque no de quienes lo siguen y de quienes piensan como él, dicho sea de paso-. Exaltación patriótica y brindis hasta altas horas de la madrugada en una ceremonia de fiesta por el “ajusticiamiento” –al más puro estilo de la ley del Talión- del ideólogo de los atentados del 11 de septiembre y del negro marzo madrileño.
    La noticia dará para muchos análisis en los próximos días, sobre múltiples aspectos y temáticas diversas. Cuando la noticia aún está caliente, me llama poderosamente la atención el hecho de que EE UU no haya querido difundir –al menos, hasta el momento en que escribo este artículo- la imagen de Bin Laden muerto. No sé si será exclusivamente por la necesidad de constatar que el terrorista ha sido abatido o por puro morbo, o vaya usted a saber la causa, pero la medida no se entiende desde el prisma de nuestra sociedad voyeur o mirona. Resulta más complejo de comprender en un mundo como el nuestro, en el que la imagen suele ser garantía de verdad como firma de notario. Asistimos en directo prácticamente a todo lo que ocurre en nuestro mundo simplemente con sintonizar el canal adecuado o con marcar la dirección deseada en nuestro portal de búsquedas de internet. Hay ansia por ver, por constatar, por certificar que lo que pensamos es la verdad. Por eso, mucho me temo que, antes o después, la imagen de Bin Laden muerto se hará pública. Mientras tanto, habrá quienes no lo crean y piensen que el Gobierno estadounidense ha ido de farol o se darán argumentos para comenzar una nueva leyenda en la que algunos jurarán que han visto a Bin Laden en la cola de un supermercado o tomando el sol en la playa. EE UU se suma, por ahora, a la frase evangélica de Jesucristo, tras aparecérsele al incrédulo de Tomás: “Dichosos los que crean sin haber visto”.