La fórmula “realista” para “retrasar” el envejecimiento

"O interviene el Estado o dejamos a las personas en situación de desamparo”. Sobre la verdad universal de que, hoy por hoy, el envejecimiento es irreversible, la Fundación Ageing Lab presentó el “primer documento andaluz” que pretende “rellenar lo que no se definió” en la Ley de Dependencia que el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero aprobó en 2007: la promoción de la autonomía personal de ciudadanos con un grado de dependencia 1 o moderado y la prevención o, incluso, el retraso de su escalada.

22 jul 2015 / 09:13 H.


Dice el refrán que más vale prevenir que curar. Y, con esta máxima, en una provincia en la que “más del 18%” de su población ha rebasado la barrera de los 65 años —y la previsión es que el porcentaje vaya in crescendo—, el presidente de Ageing Lab, Alfonso Cruz, advirtió, como si de un “aviso a navegantes” se tratara: “O trabajamos en la prevención —con el ahorro que supondría para la Seguridad Social y el sistema sanitario— o en la asistencia”. Y, sin atisbo alguno de duda, el también vicerrector de Profesorado y Ordenación Académica de la Universidad de Jaén (UJA) se inclinó por la primera. Adelantándose en el tiempo a la entrada en vigor del grado 1 de dependencia, el pasado 1 de julio, y para que se contemple su desarrollo en la próxima Ley de Presupuestos Generales del Estado (PGE). La propuesta de la Fundación Ageing Lab está dirigida a los aproximadamente 75.000 andaluces —unos 410.000 ciudadanos en España— que, actualmente, “podrían estar catalogados” con este grado de dependencia moderado y que no perciben atención alguna porque —como criticó Cruz—: “La promoción de la autonomía personal es un desierto en este país”. Experiencias de co-housing, unidades de vida independiente o bienestar emocional o la figura de un planificador del envejecimiento son algunos de los servicios contenidos en una propuesta que —según esta entidad, surgida de un mano a mano entre la UJA y la empresa Macrosad— tendría un impacto económico de 270 millones de euros y supondría la generación de 7.700 empleos “estables” en el conjunto de la región. El objetivo es hacer del envejecimiento una oportunidad, brindar una atención “individualizada” a los mayores que —recordó Cruz— “algún día seremos todos”, y convertirlo en un nicho de empleo.

La pregunta es cómo obtener la financiación. Y, recalcando que el proyecto es “sencillo, realista y financiable”, Cruz respondió a la gallega: “¿Cuánto ha dejado de poner el Estado al sistema de dependencia?”. Continuó el vicepresidente de Ageing Lab, Andrés Rodríguez: “A la Ley de Dependencia en Andalucía le hacen falta 400 millones”. Es el dinero que —denunció Cruz— ha recortado el Estado, imposibilitando el desarrollo natural de una normativa que nació como cuarto pilar del estado de bienestar. Bastaría, pues, con restituir la financiación a un sistema en el que —según las estimaciones de la fundación—: “El retorno de cada euro que se invierte es de un 49%”, sin contar el ahorro que supondría para la Seguridad Social, para el Servicio Andaluz de Salud, para las familias y, sobre todo, para mejorar la calidad de vida de los mayores.

Una atención que sea “individualizada”

La “solución” sobre la que gira la propuesta de la Fundación Ageing Lab para la promoción de la autonomía personal de ciudadanos con una dependencia moderada es la atención “individualizada”. En este sentido, los servicios no se limitan únicamente a la promoción de la autonomía física y funcional, con el entrenamiento preventivo de, por ejemplo, caídas o fracturas de huesos, sino que se combinan con la estimulación cognitiva y con la potenciación de la autonomía emocional.

El documento contempla terapias psicoeducativas o de orientación familiar y, en el apartado de recursos especiales, el cuidado en alojamientos específicos, como serían las unidades de bienestar emocional para enfermedad mental o discapacidad intelectual, la de convivencia para mayores o la de vida independiente (vivienda para el entrenamiento en entorno real tras el alta en unidades de convalecencia o de rehabilitación funcional). En cuanto a los productos de prevención de la dependencia, se incluyen el de teleasistencia, la ayuda a domicilio y el servicio de centro de día y de noche. Asimismo, se proponen paquetes de prevención a medida, que podrían ser básicos, avanzados o a domicilio.

Entre las “iniciativas de valor” que se recogen en la propuesta destaca la detección precoz de situaciones de dependencia, con la planificación del envejecimiento.