La fe ciega de dos pilares

Estarían entre los cromos más codiciados de publicarse un álbum histórico del Real Jaén. Una recopilación de proezas y fracasos, como en cualquier club. Resulta imposible escribir Vicente Herrero o Juan Pascual sin que las letras desprendan aroma a historia. Ambos vivieron el paraíso y el infierno del fútbol enfundados en la elástica blanca.

09 may 2014 / 22:00 H.

El centrocampista Herrero con su finta y desborde, pegado a la línea derecha de cal; el central Juan Pascual con su imponente planta, mariscal en la zaga. Han transcurrido décadas desde el adiós y el sentimiento del Real Jaén late con fuerza en su interior. Como todo exfutbolista o aficionado, Herrero y Pascual tienen un ojo puesto en la vida y el otro en su verdadera pasión, el Real Jaén, porque ya está escrito que el fútbol es la cosa más importante de las menos relevantes. Y esta temporada, a falta de cinco jornadas, está en juego la salvación, las tardes de fútbol en Segunda. En ese aspecto, Herrero y Pascual coinciden en su análisis. El Real Jaén merece seguir en la élite del balompié nacional. “El equipo está realizando una gran temporada.  Logró salir de una mala racha y tiene la permanencia en sus manos”, valora Herrero, que entiende que la llave de la salvación se esconde en La Victoria. “Será vital ganar los tres partidos de casa, porque las dos salidas contra el Mallorca y el Dépor son difíciles”, augura el salmantino. Por su parte, Pascual considera esencial sacar adelante el partido contra el Recreativo de Huelva. “Sería un espaldarazo y una dosis tremenda de moral para el equipo”, aventura el jiennense, quien comparte con Herrero la importancia de tener el factor campo en tres de los cinco partidos. “La afición jugará un papel fundamental. Al igual que en los últimos encuentros, como el del Tenerife, el aliento de la grada será primordial”, indica Pascual, experto en situaciones en el alambre durante sus catorce años de aventuras en el primer equipo. “Viví ascensos y descensos. Y este Real Jaén seguirá en Segunda. Ha realizado un buen fútbol”, explica. Herrero, compañero de viaje, coincide en la excelente labor de la plantilla y el entrenador. “Manolito está haciendo un gran trabajo. Falta poner el broche”, concluye.  A la espera del lazo, Herrero y Pascual se  dejarán la garganta en la grada como antaño hicieron con los pulmones en el césped.