La familia y los buenos ratos
Tanto dicen de la Navidad y la familia. Del que llega a casa por Navidad, de las preparadas reuniones y las grandes cenas de numerosas personas.
El “cuantos más mejor” y el “que no falte de nada”. Pero no dejemos atrás el verano, porque estos meses también se junta la familia, las estaciones y los aeropuertos se llenan de personas impacientes que esperan a los suyos y las casas de veraneo de los padres se convierten en pequeños minihostales donde todos caben. En verano, claro está, también hay comidas y cenas familiares, ¡muchas más! En verano cualquier excusa es buena para encender la barcacoa o hacer una buena fuente de pipirrana. El verano es perfecto para juntarse, convivir y pasar con los tuyos el tiempo que durante el invierno no puedes dedicar. Me arriesgaría incluso a decir que es mejor que la Navidad donde, aunque no haya tres fechas señaladas, sabemos buscar más y mejores momentos.
Luis Rodríguez Martínez / Jaén