La familia de Marta sigue con el calvario de no hallar el cadáver

El tiempo pasa y el crimen de Marta del Castillo arrastra día tras día a la familia por nuevos sufrimientos para buscar el cuerpo de la joven, sin que ninguna de las pistas aporten algo de luz sobre el lugar exacto en el que se encuentra. El juez que lleva el caso acaba de rechazar la petición de los padres de volver a rastrear el cadáver en una zanja de la localidad sevillana de Camas en la que se sospecha que podía hallarse. La justificación a la negativa es que existen “datos contundentes”, como son testimonios del capataz de la obra y el vídeo de un vecino, que certifican que el sitio en cuestión se cerró nueve días antes del suceso, el pasado mes de enero. A pesar de entender la inquietud de los familiares y la lógica necesidad de agotar cualquier posibilidad, el magistrado considera que, en este lugar concreto, es materialmente imposible que pueda aparecer. Mientras la Justicia sigue su curso, los padres de la joven se aferran a la esperanza de hallar los restos de su hija, como única forma de poder empezar a descansar tranquilos. En la otra cara de la moneda, mientras unos acusados siguen en prisión, el menor se encuentra ya fuera del centro de internamiento de la capital jiennense, en un piso tutelado cuya dirección no se ha hecho pública por motivos obvios. El revuelo que se vivió en Jaén el día de su supuesto traslado es sólo un mínimo botón de muestra de lo que puede suceder cuando se celebre el juicio en Sevilla. Y es que, aunque debe primar la presunción de inocencia y, sobre todo, el hecho de que se trata de un joven que no ha alcanzado la mayoría de edad, causa un gran revuelo social que se encuentre en un régimen de semilibertad y tan cerca de la familia, al parecer, a unos cincuenta kilómetros de distancia. La Ley del Menor está para aplicarla, pero es en estos casos cuando se vuelve a encender el debate de su necesidad de reforma.

    21 nov 2009 / 10:12 H.