La familia de María Jesús cuenta con un piso de alquiler social
Como en las escenas de Indiana Jones en las que cogía el sombrero al filo de que una puerta le pillara la mano, pero satisfecho finalmente. Cuando la cuenta atrás ya había comenzado para que la familia de María Jesús Díaz tuviera que desalojar la casa donde vive de alquiler, una buena noticia le permite salvarse de verse en la calle. Según informa la portavoz de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), Cristina Téllez, CajaSur los llamó para confirmar que le dará un alquiler social a Díaz. “Estoy muy contenta. Le agradezco a la plataforma todo el trabajo que ha hecho”, indicó María Jesús Díaz.
No obstante, como el desahucio estaba previsto para mañana, desde la PAH han pedido que se paralice el desalojo, ya que la mujer y sus dos hijos menores tendrán que esperar a que el piso esté preparado. “Hay tres, uno en la calle Cerón, que tiene una habitación, y otros dos en el Polígono que son de tres cuartos. Estos últimos son los que mejor me vienen. Además, el banco se encarga de arreglarlo”, explica la beneficiada. Con un día festivo entre medias y el temor de que la petición del aplazamiento del desahucio no llegue al juzgado a tiempo, María Jesús Díaz matiza que desde la Plataforma de Afectados por la Hipoteca pidieron al banco que se lo indiquen por escrito.
Consciente de que es una afortunada, Díaz Molina confiesa que le apena dejar el barrio en el que ha vivido desde que era pequeña, en El Tomillo. “En esta casa llevo seis años, pero cuando mis padres vinieron a Jaén, de una casería en la que residíamos, nos trasladamos a esta zona. Además, las vecinas me conocen y me ayudan siempre”, cuenta la mujer de 55 años. Madre de dos hijos de 12 y 13 años, María Jesús Díaz tenía un aviso de desahucio para mañana, día 26. “Esta casa ya está vendida a una inmobiliaria. Estaba de alquiler por 400 euros al mes, pero hace dos años que estoy sin pagar”, indica. Por eso, el que le otorguen un piso de alquiler social es todo un alivio que le permitirá seguir adelante con sus dos vástagos. Aun así, agradecida por este “desahogo”, Díaz insiste en que lo principal para ella es poder tener un empleo. “He sido limpiadora y, de más joven, trabajé en el campo”, dice, para añadir que, eventualmente, le sale algo en sector de la limpieza. “Llevo dos años sin trabajar. Además, ahora no tengo prestación, pues en septiembre se me terminó el salario social”, manifiesta.