La excelencia y la huelga

Juan Manuel Molina Valdés/Desde Jaén. Las huelgas son los desfiles de la victoria de dictaduras sindicales o régimen de teólogos economistas que nuestros bolsillos padecen. Uno se pregunta de toda cosa ¿para qué? Si no hay respuesta que justifique un beneficio evidente: malo.

    23 may 2012 / 11:17 H.

    Los consejeros de las entidades de crédito proceden como en el viejo régimen de los tercios naturales: movimiento político, sindicato vertical y familia. Cobran por ello, no arriesgan lo propio y hasta gestionan fundaciones y canongías. Los alemanes desde el Estado de Baviera hace una veintena de años, y en todos los idiomas nos alertaban: el ciberfascismo se infiltra en todos los estamentos, y destruye la urdimbre social, provocando crisis y ruina. El gobierno bávaro utilizó el término ciberfascismo, los españoles veníamos denominando el asunto como maquinismo. Sectas de poder que utilizan la excelencia como excusa, cuando quieren decir obediencia ciega, y conductas que implican adelantarte a los deseos del líder para ganar su favor. Un sistema piramidal donde hay que ganarse el status de “funcionario”, permaneciendo siempre como aspirantes. De esta plaga no se libra ninguna organización ni pública, ni privada. Ni sindical, ni social, es el maquinismo, el ciberfascismo, la dictadura que viene, la excelencia académica y la huelga perfectamente inútil, como la que hoy somos espectadores.