La ermita de Consolación
Esos días es un relicario vacío, una jaula abierta, la Virgen pequeñita no está, recibe en el pueblo el culto de sus fieles que en la ermita no cabrían. A un kilómetros de la localidad sobre una loma de olivares ceñida por el río, cerca del lugar donde, según tradición, se apareció para confortar a Don Diego López Pacheco, se encuentra el santuario; de una sola nave de cañón, en cruz latina con airosa fachada en dos plantas, la de abajo con puerta y arco de medio punto, con jambas y pilastras y en el superior una hornacina con la imagen de la Virgen, coronada por una graciosa espadaña.
La sacristía es gótica, finales del siglo XV, en ella se han descubierto unos frescos de mérito lo que hace pensar que fuera el más antiguo templo y que estuviera íntegramente decorada. La Virgen ocupa un camarín central sobre el presbiterio, sin retablo, no hay datos de que lo tuviera. Sufrió expolio en la Guerra Civil, desapareciendo la imagen. Consolación es centro de paso y devoción, pronto será la tradicional romería, hoy un tanto atípica —la acampada se celebrará antes de que la Virgen llegue el Domingo— por ello muchos tosirianos claman por celebrarla en su honor y con ella en su templo.
José Calabrús