La energía viene del vertedero

Ángel Plaza Chillón desde La Iruela. Convertir los desechos urbanos en energía es una difícil alquimia que encaja como guante con las recomendaciones del Informe Brundthad, el texto de 1987 en el que se definió por primera vez 'desarrollo sostenible', como aquel que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de futuras generaciones de calmar las propias.

    02 nov 2012 / 18:14 H.

    Una alquimia exigida además por Bruselas, que obliga a una reducción cada vez mayor de los residuos municipales biodegradables que terminan en el vertedero. Aunque el reciclado ha pasado a formar parte de nuestro día a día cotidiano, son menos conocidos los procesos para la recuperación de energía a través de incineración u otras tecnologías. FCC, que opera en más de 12 países europeos y gestiona numerosas plantas de tratamiento, cree que hay varias tecnologías con mucho futuro en este campo. Por un lado, la incineración con generación de energía eléctrica, un proceso en el que, durante la quema de los residuos, se calienta agua para producir vapor que, posteriormente, se utiliza para alimentar turbinas que generan electricidad. Por otro lado, la llamada digestión anaeróbica o metanización, un proceso mecánico-biológico que se lleva a cabo en unos contenedores cerrados herméticamente llamados biodigetores. En ellos los microorganismos, ante la falta de oxígeno, descomponen material biodegradable y, por el camino, liberan gases como el dióxido de carbono y el metano, que se emplea para producir combustibles. FCC también considera que el futuro pasa por la gasificación, un tipo de incineración baja en oxígeno en el que una sustancia sólida o líquida con alto contenido en carbono es transformada en un gas de síntesis que puede ser utilizada como combustible. Y la compañía de servicios tiene experiencia de sobra en estas lindes. Entre los principales contratos adjudicados en España en 2011 destacó el de construcción y gestión del Centro de Residuos Urbanos de Guipúzcoa durante cinco años por 322 millones de euros. El contrato incluirá plantas de tratamiento mecánico-biológico y valorización energética junto con instalaciones auxiliares. Además, en Reino Unido, se han iniciado las obras por la puesta en marcha de una planta de tratamiento o incineración de residuos urbanos en Lincolnshire. Las instalaciones, financiadas por las autoridades locales, serán gobernadas por su filial, WRF, durante 25 años, con una cartera asociada de 329 millones de libras y una capacidad de tratamiento de 150.000 toneladas/año y 12 MW de generación eléctrica. La compañía también ha puesto en marcha una de las primeras plantas de CDR (combustible derivado de residuos) en España (Castellbisbal, Barcelona), que permitirá generar hasta 30.000 toneladas de combustible alternativas al año. Asimismo, se ha comenzado el desarrollo, de la primera planta de recuperación y reutilización de aceites de automoción en la costa este de EE UU(Baltimore), con una inversión de 35 millones de euros.