La eficaz lucha antiterrorista resuelve un crimen de hace siete años

El máximo responsable de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, lo ha dicho de la manera más clara que se puede hacer. La estrategia es “detener, detener y detener hasta que esto se acabe”.

    04 ago 2010 / 15:34 H.

    Porque el buen trabajo de las fuerzas de seguridad en la lucha antiterrorista es la pieza fundamental para dejar fuera de juego para siempre a los asesinos. El arresto del presunto autor material de la muerte de Joseba Pagazaurtundua y de su antigua pareja supone un significativo logro policial y, sobre todo, la evidencia de que algo está cambiando en el País Vasco desde que los nacionalistas salieron del Gobierno de esa región. Hay que felicitar a los agentes responsables que, aunque entra dentro de su trabajo, merecen un especial aplauso por la eficacia de sus intervenciones en estos últimos tiempos. Dentro de unos días, el próximo día 9, se cumplirá un año sin que los etarras hayan cometido atentado alguno, una circunstancia especialmente satisfactoria y que pone de manifiesto que no se ha bajado la guardia. Los terroristas se encuentran más debilitados no sólo por las sucesivas detenciones y descabezamientos de sus aparatos logísticos, que ya es importante, sino también por la intensa presión de las fuerzas de seguridad que entorpecen su libertad de movimientos.
    Después de siete años sin ser resuelto, el crimen del policía municipal de Andoain se encuentra por fin cerca de aclararse, un cobarde asesinato a sangre fría que acabó con la vida de un hombre de 45 años abatido por cuatro disparos mientras desayunaba. Acosado durante años por los radicales, su historia se recuerda ahora por sus dos hijos que, junto al resto de su familia, podrán dormir tranquilos cuando el asesino de su padre se encuentre en prisión. Ese es el camino, como saben los demócratas, y cada éxito policial es un logro de la sociedad civilizada y en paz que sólo aspira a no morir por sus ideas.