La educación 2.0, la era digital al servicio de la enseñanza

María José Ortega /Jaén
Casi llevan escrito en el ADN el manejo de las nuevas tecnologías. Es la generación 2.0, pequeños grandes genios del mundo audiovisual. Manejan un ordenador con la misma facilidad y naturalidad con la que aprenden a hablar. Por eso, ante unos alumnos 'criados en el universo virtual', la incorporación en las aulas de las Tecnologías de la Información y de la Comunicación -TICs- era solo  cuestión de tiempo.

    18 nov 2011 / 12:05 H.


     La “marea digital” en los centros educativos llegó con el Programa Escuela 2.0. El objetivo: crear el aula del siglo XXI. Para ello, se dotó de ordenadores portátiles a los alumnos, a los centros y al profesorado, se garantizó la conectividad a Internet, se promovió la formación del profesorado tanto en aspectos tecnológicos como en los  metodológicos y sociales, se generó y facilitó el acceso a materiales digitales educativos y se buscó la implicación de las familias. Ante este pack de medidas, la comunidad educativa solo tenía dos opciones; o aprender a nadar en el “océano” digital o ahogarse ante la evidente “ola” de novedades. Durante el curso 2009/2010, más de 6.400 escuelas andaluzas ya contaban con aulas digitales en quinto y sexto de Primaria. En la actualidad, y en el caso de la provincia de Jaén, existen 442 centros, de 584, que cuentan con toda la instalación digital.
    Esta revolución tecnológica no viene sola sino que, con ella, los métodos tradicionales de enseñanza se enfrentan, de manera inevitable, a una transformación. Y el cambio es valorado por la mayoría del profesorado. Mayor implicación por parte de los alumnos, posibilidad de mostrar el contenido de la materia de una manera más visual, corrección de exámenes “on line” en tiempo real, interactividad, disposición para participar en el desarrollo de las clases y todas las ventajas del uso de internet al servicio de la educación. Según José Manuel Espinosa, profesor de Biología en el IES “Las Fuentezuelas”, la incorporación de la pizarra digital y los portátiles tuvieron una gran aceptación. “Gracias a estos recursos, sales de la dinámica tradicional. Ahora los alumnos también participan. Además, si en casa tienen dudas, saben que me pueden consultar también por internet. Es indiscutible que se trata de un apoyo audiovisual en cualquier asignatura”, afirma. Las consecuencias del empleo de las TICs en clase son, para este profesor, muy positivas, incluso asegura que las notas de sus alumnos han mejorado. Por su parte, Anabel Fernández, profesora de Inglés del colegio Cándido Nogales declara que, en su asignatura, el uso de la pizarra digital y los ordenadores son muy útiles. “En el caso concreto del Inglés creo que es la mejor manera de que los escolares se impliquen. Sobre todo, porque existen muchas posibilidades para que el alumno aprenda a escuhar el idioma y no solo se limite a adquirir habilidades escritas”, argumenta la maestra.
    Sin embargo, todo no son pros en el aula digital. Según una encuesta realizada por CSIF Jaén, el 65% de los profesores no cuenta con formación suficiente para usar las pizarras digitales. El presidente de CSIF Jaén, Joaquín Álvarez asegura que la gran inversión realizada en equipos informáticos “no tiene sentido” si no se forma a los docentes en su uso. Este es quizá uno de los “agujeros negros” de Escuela 2.0. El profesorado es un pilar fundamental en las aulas digitales ya que sin su implicación, las pizarras, los ordenadores, las plataformas educativas virtuales y todo el material didáctico digital queda en el “limbo”.  Por su parte, la delegada de la Consejería de Educación, Angustias María Rodríguez asevera que en los centros se lleva a cabo un trabajo muy intenso por parte de los docentes. Según Rodríguez, los profesores están muy implicados con el aprendizaje de estas nuevas herramientas. “Son ellos los que, de manera voluntaria, se forman y dedican muchas horas extras a intentar ajustarse a la nueva dinámica de las clases”, explica. La potencialidad de la aulas 2.0 es innegable. Solo hace falta tiempo para que acabe por implantarse en la totalidad de los centros educativos de la provincia y su uso no sea algo excepcional.