La Divina Pastora vuelve a brillar en La Guardia
Fran Cano/La Guardia
Nadie mejor que Cristóbal Robles, actual abanderado de la Divina Pastora, simboliza la característica fusión de fe y tradición que tiene la procesión más celebrada de La Guardia. Tras toda una vida como cabrero, su abuelo, de 102 años, le da el testigo en una fiesta que rinde tributo a los pastores del pueblo.
Nadie mejor que Cristóbal Robles, actual abanderado de la Divina Pastora, simboliza la característica fusión de fe y tradición que tiene la procesión más celebrada de La Guardia. Tras toda una vida como cabrero, su abuelo, de 102 años, le da el testigo en una fiesta que rinde tributo a los pastores del pueblo.
El respetuoso silencio precedió a la salida de la imagen de la Divina Pastora de la parroquia de la Guardia de Jaén. Y segundos más tarde, el himno de España, interpretado por la banda musical Villa de La Guardia, sonó para que la venerada Virgen saliese poco a poco, mientras decenas de fieles esperaban en el patio de la iglesia. “Viva la Pastora”, gritó la Hermana Mayor, Juana María Barriga, cuando volvió el silencio que precedió al “Dios te salve” y que dio paso a los tronadores fuegos artificiales. El umbral de la procesión armonizó con buen gusto la música y el silencio, la energía y el respeto.
Ya en la empinada y estrecha cuesta donde se congregaron los devotos, aparece la enorme carga histórica del municipio: son esas calles irregulares reflejo de la heterogénea herencia cultural de La Guardia de Jaén. Iberos, romanos y visigodos pisaron esta tierra. La misma que ahora recorre Gema Martínez Carmona junto a sus dos mellizos. “Llevo aquí cuatro años y he hecho mía la devoción que siente el pueblo por la Divina Pastora”, asegura esta vecina. Gema y Miguel García, sus hijos, ya respiran y asimilan, a sus tres años, la tradición más popular del pueblo.
Y en el transcurso de la procesión destaca la figura de Juana María Barriga, la Hermana Mayor de la Cofradía de la Divina Pastora. “Este año la Virgen lleva una andas nuevas que ha donado Francisco ‘Belloto’. El trono también se estrena hoy”, explica orgullosa, imprescindible en la celebración de estas fiestas.
El bello despliegue de la procesión encandila a un pueblo entregado a su fiesta. Todo marcha por el buen camino porque todos los actores del municipio trabajan bajo la misma consigna. “Hay muy buena sintonía con la Iglesia y con la cofradía Divina Pastora. Tras la misa de las doce el Ayuntamiento invita a todos a una copa”, confirma Juan Morillo, alcalde del municipio. “Esta procesión sirve para que el pueblo venere la imagen de la Virgen que aquí es la Pastora”, revela Manuel Alfonso Pérez Galán, párroco del municipio. Y antes de que el trono vuelva a encerrarse los guardeños ya la han escoltado por las calles de Muros y Sagasta, y por la plaza de San Pedro.
Los barrios asisten a una delicada liturgia que conmueve y convence a todos. Por su fusión tan personal y lograda. Por divina y por pastora, otra vez brilló.