La devoción y el ambiente festivo realzan la provincia
Manuela Rosa Jaenes/Pepi Galera
La Virgen de la Cabeza, patrona de Andújar y de la Diócesis de Jaén, descansa ya en su camarín del Cerro del Cabezo. Además de ser la romería más antigua de España, es la primera de las que se celebran en la provincia de Jaén a lo largo del año. La Morenita comparte junto con San Marcos, en Peal de Becerro, y la Virgen de la Cabeza, de Cazorla y Noalejo, el último domingo de abril para que sus devotos peregrinen a sus santuarios y ermitas.

La Virgen de la Cabeza, patrona de Andújar y de la Diócesis de Jaén, descansa ya en su camarín del Cerro del Cabezo. Además de ser la romería más antigua de España, es la primera de las que se celebran en la provincia de Jaén a lo largo del año. La Morenita comparte junto con San Marcos, en Peal de Becerro, y la Virgen de la Cabeza, de Cazorla y Noalejo, el último domingo de abril para que sus devotos peregrinen a sus santuarios y ermitas.
Es el “pistoletazo” de salida a un completo calendario romero en el que los municipios rinden pleitesía a sus patronos. Mayo, el mes de las flores, es también por excelencia la época de las romerías. Devoción y ambiente festivo se unen para realzar la cultura y religiosidad popular en toda la provincia. Esteban Ramírez, presidente de DIARIO JAEN, S. A., escribió, en la publicación “Romerías de Jaén”, sobre esta idea: “Como en muchos otros aspectos, la provincia de Jaén se muestra singularmente rica en manifestaciones de este vasto complejo sociocultural conocido bajo el ya acuñado concepto sociológico de ‘religiosidad popular’. Normalmente estas manifestaciones, muy variadas en rasgos aunque análogas en objetivos y motivaciones, hunden su memoria en siglos pasados, sin posibilidad alguna actual de encontrar huellas concretas de sus orígenes. Manifestaciones de esta naturaleza son prueba convincente de la enorme densidad cultural de un pueblo que, en proceso constante, crea y recrea su propia identidad. Reflejan por otra parte la fecundidad de ese pueblo y su potencialidad cara al futuro”. La dualidad de estas celebraciones, en las que se funde la devoción y la fiesta, también la recoge la Real Academia Española de la Lengua en sus dos acepciones de romería: “viaje o peregrinación, especialmente la que se hace por devoción a un santuario” y “fiesta popular, que con meriendas y bailes, se celebra en el campo inmediato a alguna ermita o santuario el día de la festividad religiosa del lugar”. Las expresiones de esta “religiosidad popular” es una realidad casi inabarcable en unas pocas líneas o páginas, por lo que aquí se recogen gran parte de ellas, la recopilación que hizo años atrás Diario JAEN en “Romerías de Jaén” e introdujo Esteban Ramírez con su reflexión. Finalizada la primera “hornada” de romerías, los jiennenses preparan ya sus carretas y caballos para las siguientes citas, que no se harán esperar. Con el primer fin de semana de mayo, el próximo, San Blas, en Cazorla; el Cristo de Chircales, en Valdepeñas de Jaén; Nuestra Señora de Consolación, en Castellar; la Santa Cruz, en Frailes; la Virgen de la Estrella, en Navas de San Juan; la Virgen de Guadalupe, en la aldea ubetense de Santa Eulalia; Santa Ana, en Torredelcampo, y Santiago Apóstol, en Torreperogil, saldrán de sus ermitas para que el pueblo les muestre su fervor. Y es que, la romería es una de las fechas más esperadas cada año por los vecinos de cada uno de estos municipios. Los momentos de diversión y la convivencia entre amigos y familiares en el campo son otros de sus fuertes. Tanto es así que, con el paso de los años, poco a poco, hay sectores de la población que han desvinculado el sentido eminentemente religioso de la celebración.
Con la llegada del segundo fin de semana de mayo, le tocará el turno al Cristo de Charcales o Cristo del Arroz de la capital; la Virgen de Fátima, de Cambil y de Villarrodrigo; Virgen del Carmen, de la pedanía marteña de Monte Lope Álvarez; Nuestra Señora de Alharilla, en Porcuna; Santa María Magdalena, de Mengíbar; la Virgen de la Encina, de Baños; la Virgen de Nazaret, en Chiclana de Segura; Santa Catalina, en Torredelcampo, y Santa Potenciana, en Villanueva de la Reina. Romerías que dejarán paso a San Isidro Labrador, el santo que más municipios jiennenses rinden culto en este tipo de celebraciones. Más de media docena de poblaciones, el día 15 de mayo, se echan al campo para disfrutar de la festividad del patrón de los agricultores. Higuera de Calatrava, Guarromán, Aldea de Martín Malo, Alcalá la Real, Carboneros, Cortijos Nuevos, Jamilena, Montizón, Santo Tomé, Jódar, Orcera, Santiago de Calatrava y Villardompardo son algunos de ellos. Así, mayo terminará con una decena más de romerías a lo largo de la provincia. Junio, por su parte, también trae otra de las festividades más populares como es San Juan Bautista, vivida intensamente en municipios como Los Villares. Durante los meses de julio y agosto, existe un cierto “parón” en esta ruta romera por la provincia. Las altas temperaturas no invitan a disfrutar de un “día de campo”. Así, en septiembre, llega el momento de retomarla con la Virgen del Rosel, de Baeza; Nuestra Señora de Zocueca, de Bailén; Nuestra señora de Fuensanta, de Huelma y Villanueva del Arzobispo; la Virgen Blanca, de la capital; Nuestra Señora de Tíscar, de Quesada; la Virgen de los Remedios, de Jimena, y la Virgen de Consolación, de Torredonjimeno. Ya, en octubre, sólo Bedmar tiene romería, que es la de la venerada Virgen de Cuadros. Santa Catalina, con la romería que se celebra el 25 de noviembre en las faldas del castillo que lleva su nombre, cierra la temporada y, al mismo tiempo, abre la cuenta atrás para volver a vivir intensamente este calendario romero.