La desidia municipal
Ya no hay dinero para nada que no sean las abundantísimas nóminas a pagar; abundantísimas por el engorde irresponsable de un ayuntamiento siempre mal gobernado y de ahí la brutal deuda que nos han colgado sobre las costillas del indefenso contribuyente, obligado a pagar lo que otros irresponsables acumularon.
Pero lo que no necesita dinero para solucionarlo, debieran intentar el que fuera solucionado. Por ejemplo “el hedor que ya desprenden algunos contenedores de basura”; los boquetes y el estado cochambroso de muchos de ellos, el igualmente insoportable olor de algunas tragonas con aguas estancadas. Todo esto, y puede que muchas cosas más que ignoramos, fue puesto en manos de un monopolista que nos explota muy bien explotados. ¿No se le exige el cumplimiento contractual a lo mucho que cobra por un servicio muy discutible cuando no malo y bastante malo? De igual o parecida forma, podemos observar cientos y cientos de tapas de bocas de alcantarillas (hundidas, con enormes bordes, desniveladas) y otros registros, tragonas, corrientes de agua no construidas para la conducción de las mismas y que vierten sin dirección al alcantarillado; desniveles en todos esos elementos, por cuanto en su día ningún técnico municipal obligó a que las terminaciones fuesen con arreglo al plano, etcétera. Seguro que, aparte de los concejales responsables de cada cosa, estamos pagando a infinidad de empleados municipales, que eso sí, cobran puntualmente y si no protestan como es lógico, ¿pero cumplen con su cometido? Vean la ciudad, analicen cada metro cuadrado de la misma; da asco muchos de ellos. ¡Señor alcalde, que todo esto se debió solucionar sin que costase ni un céntimo más de lo que costó! Y aún hoy se puede hacer mucho más de lo que se hace. ¿Quién responde?
Antonio García Fuentes / Jaén