La dehesa y la cultura ganadera de Sierra Morena
Inmaculada Espinilla
En un paisaje marcado por la dehesa y el monte mediterráneo, unas reses bravas cierran un camino. Varias personas, entre asustadas y divertidas, no saben si avanzar o quedarse quietas a la espera de que se vayan los toros. Es una imagen que bien podría ocurrirle a un senderista que tenga el reto de superar el GR-48 “Sierra Morena”, un proyecto de gran envergadura que comienza en Barrancos (Portugal) y concluye en Santa Elena. Son 571 kilómetros —divididos en 28 etapas y una variante—, que discurren o acercan al caminante a seis parques naturales: Sierra de Aracena y Picos de Aroche, en Huelva; Sierra Norte de Sevilla; Sierra de Hornachuelos, en Córdoba; Sierra de Cardeña y Montoro, en Córdoba; Sierra de Andújar y Despeñaperros, en Jaén.

En un paisaje marcado por la dehesa y el monte mediterráneo, unas reses bravas cierran un camino. Varias personas, entre asustadas y divertidas, no saben si avanzar o quedarse quietas a la espera de que se vayan los toros. Es una imagen que bien podría ocurrirle a un senderista que tenga el reto de superar el GR-48 “Sierra Morena”, un proyecto de gran envergadura que comienza en Barrancos (Portugal) y concluye en Santa Elena. Son 571 kilómetros —divididos en 28 etapas y una variante—, que discurren o acercan al caminante a seis parques naturales: Sierra de Aracena y Picos de Aroche, en Huelva; Sierra Norte de Sevilla; Sierra de Hornachuelos, en Córdoba; Sierra de Cardeña y Montoro, en Córdoba; Sierra de Andújar y Despeñaperros, en Jaén.
Inaugurado en 2011, fue una iniciativa de la Asociación para el Desarrollo Integral del Territorio de Sierra Morena (ADIT Sierra Morena), una entidad sin ánimo de lucro que gestiona el Plan Turístico Sierra Morena, financiado por la Consejería de Turismo, Comercio y Deporte y las Diputaciones Provinciales de Huelva, Sevilla, Córdoba y Jaén.
Su principal objetivo es simple y, al mismo tiempo, directo a la esencia de una tierra: conseguir que Sierra Morena se contemple como un territorio continuo, además del desarrollo sostenible. Nicasio Rico, técnico de ADIT Sierra Morena, es uno de los responsables del proyecto y detalla que, a la hora de diseñar, el trazado, entre otros, se tuvo en cuenta que discurriese más por caminos que por carreteras y que las etapa, además de realizarse en un solo día, acabasen en un núcleo poblacional. Las principales dificultades fueron determinar la titularidad de los caminos y su desbroce y acondicionamiento.
Ya en Jaén, el GR-48 “Sierra Morena” penetra en el territorio del lince ibérico y el sendero afronta su fase final con 120 kilómetros de recorrido, que se dividen en cinco etapas. Une, a través de los municipios de Marmolejo, Andújar, Villanueva de la Reina, Baños de la Encina, Carboneros, La Carolina y Santa Elena, los Parques Naturales de Despeñaperros y Sierra de Andújar.
Aquellos que lo conocen dicen que es una experiencia única, no solo por el esfuerzo que supone caminar durante varias jornadas seguidas, sino por la riqueza natural, patrimonial y etnográfica que atesora. Y es que es mucho lo que se puede decir.
Andar por el GR-48, a su paso por Jaén, es oler a jara y a tomillo, contemplar grandes encinas y atravesar el bosque mediterráneo. También hay pinos, acebuches y un sinfín de flores que dan color a un paisaje bello y desafiante. Tiene el señorío de la dehesa, que muestra la tradición ganadera de la zona, centrada en la cría del toro de lidia. También hay agua, la de los ríos frescos, gracias a la sombra de los fresnos y alisos.
Si la vegetación es importante, no lo es menos la fauna. El trazado penetra en el reino del lince ibérico, pero solo las personas con suerte pueden contemplarlo en su hábitat, eso sí, si son capaces de mantenerse en silencio. Lo mismo ocurre con el lobo ibérico, aunque uno ya se puede considerar afortunado si contempla sus huellas. El zorro, el meloncillo o la nutria también abundan, al igual que el conejo o el ciervo. Mirar al cielo es un espectáculo. Las águilas imperial, perdicera y real ocupan zonas abruptas. Por otro lado, dominan las zonas altas los buitres leonados y negro. Por último, la arquitectura y el folklore son otro de sus atractivos, entre ellos, la Romería de la Virgen de la Cabeza o la Batalla de Navas de Tolosa. Solo queda empezar a andar.