La crisis tiene tomate

Desde Madrid. En los últimos meses se ha ido agravando la crisis económica que padecemos desde hace años. Está claro que, provocada en parte por la misma Unión Europea, no podremos salir más o menos bien de ella sin su ayuda. Un feroz egoísmo, que puede incluso matar la gallina de los huevos de euros, hace que Alemania haya perjudicado a toda la Unión, y más ahora a nosotros, para favorecer su economía propia.

    07 ago 2012 / 08:13 H.

    La excusa justificatoria es la irresponsabilidad económica de que acusa a los países del Sur y, en particular, a la España que muchos alemanes identifican con la imagen de fiestas y vacaciones perpetuas. En estas críticas circunstancias, una fiesta gamberra, prohibida justamente por las propias autoridades del pueblo durante muchos años, tiende a producirnos ahora un daño muy especial. Se trata del tirar literalmente –y tirarse– más de cien toneladas de alimentos, tomates, en el pueblo de Buñol, en una Valencia que ha sido la primera Comunidad en pedir rescate. Si este estúpido derroche sin parangón que es esa “tomatina” era hasta ayer un bofetón a los países hambrientos del mundo, a los que llegaba vía televisión, hoy lo es para los doce millones de necesitados que, reconoce Cáritas, tenemos ya en España, y nos perjudica incluso a todos por dar una imagen elocuente de que, por comer o tolerar semejante barbaridad, en beneficio de unos pocos, somos un país de irresponsables, que no merecen apoyo económico. Sí, la crisis tiene mucho, hoy, demasiado tomate.
    Martín Sagrera