La crisis griega, a consultas

En una decisión más que controvertida el primer ministro griego, Alexis Tsipras, convocó un referéndum para el próximo domingo para saber si los griegos aceptan el acuerdo con la Unión Europea o no. Después de semanas de intensas negociaciones al más alto nivel descolgarse con esta propuesta enfurece a las autoridades económicas europeas que entienden que ha roto la baraja y la negociación de la peor forma posible. Con la ruptura de negociaciones, el Gobierno griego decidió controlar los fondos y de esta forma se han restringido las transacciones, el cierre de los bancos y la clausura de la Bolsa. Las colas de los ciudadanos para retirar escasos fondos en los bancos anuncian el temido corralito que ya se vivió en Argentina, con los efectos en la economía local y del entorno ya conocidos. La decisión griega se toma incluso aunque el Banco Central Europeo (BCE) había decidido mantener la liquidez de emergencia. Ahora una vez que se realice la consulta el escenario puede quedar definitivamente arrasado con una Grecia de facto fuera del euro y de la Unión Europea. En el contexto de tensión diaria que vive el pueblo griego cualquier cosa puede pasar, pero lo que sin duda es una temeridad del Gobierno. Las llamadas a la sensatez y al “sí” por Europa contrastan con una campaña de años en los que se ha responsabilizado, en exclusiva, a la Unión Europea de los males económicos del país. En cualquier caso, la última palabra la tienen unos ciudadanos cansados de una austeridad que en el último lustro tampoco les ha sacado de una crisis endémica. Lo que parece un camino de no retorno es que el país vuelva a la mesa de negociación. Nada será igual a partir de la consulta.           

    30 jun 2015 / 12:01 H.