La copla llora al gran Antonio Amaya
Pepi Galera /Jaén
La copla está de luto. Acaba de perder a uno de sus grandes maestros. Antonio Amaya falleció en Sitges, en una residencia donde pasó los últimos años de su vida, alejado de los focos. El jiennense fue quien estrenó el pasodoble Doce cascabeles, el mayor éxito de su larga, prolífica y admirada carrera.
Su voz personalísima y su gran sentido de la interpretación le hicieron ser uno de los artistas más admirados de la copla.

La copla está de luto. Acaba de perder a uno de sus grandes maestros. Antonio Amaya falleció en Sitges, en una residencia donde pasó los últimos años de su vida, alejado de los focos. El jiennense fue quien estrenó el pasodoble Doce cascabeles, el mayor éxito de su larga, prolífica y admirada carrera.
Su voz personalísima y su gran sentido de la interpretación le hicieron ser uno de los artistas más admirados de la copla.
Nacido en 1923 en Jaén, Antonio Peláez, apellido que más tarde cambiaría por el artístico Amaya, se marchó muy joven a Barcelona, donde pasó la mayor parte de su vida, logró grandes éxitos y hace diez días, falleció alejado de los focos. Fue el pasado 14 de mayo, en una residencia de Sitges, donde pasó los últimos años de su vida, ya retirado de los escenarios.
Su mayor éxito le llegó en 1952, justo diez años después de marcharse de Jaén, donde soñaba desde niño con ser artista, según contó en una entrevista a Diario JAEN en 1961.
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