La Constitución como excusa de todos los males
Va resultando que todos los errores, incompetencias, meteduras de patas y sacaduras de dinero por los más asquerosos métodos que van conduciendo a los españoles hacia una variada, profunda y extensa ruina se deben a la sufrida Constitución.
Y lo dicen quienes acaso ni la han leído, pese a ocupar algunos la jefatura de sus partidos y que incluso, precisamente en estos tiempos, osan decir que ¡Sobra el Ministerio de Defensa! Resultó y resulta que fue el asombro de más de un país al comprobar como se había conseguido una estructura perfectamente federal sin usar esta palabra. Y ahora todo el problema federal reside en la Constitución. Y que si canta una gallina es la Constitución. Ojalá fuera así y no que la marcha de la nación esté abandonada al dictamen de unas mentes más bien vanas, huecas y vacías y, además de ello, infectadas por enfrentamientos ya de carácter personal. La situación de España, con independencia del aspecto económico, ha llegado y sigue aumentando a ser auténticamente grave y peligrosa. Muy grave y muy peligrosa. Y chismorreamos que ni tan siquiera a crítica llegamos y esto se nos hunde. Los ladrones de la política crecen en número y cantidad y no les ocurre nada y si les dices algo te pegan. El ébola no lo comento. ¿Y el pueblo qué hacemos? ¿Y el jefe del Estado, además de vivir como tal, qué hace? No son malos ni los unos ni los otros, simplemente inútiles vegetando y chupando del pueblo trabajador.