La Comisión de Competencia veta la retirada de los aceites lampantes

Enrique Alonso /Jaén
La Comisión Nacional de la Competencia vuelve a paralizar un proyecto para elevar el precio al que se le paga el aceite a los olivareros. Ya lo hizo con Cecasa —la empresa para almacenar graneles—, pese a que después los tribunales le quitaron la razón. Ahora, detiene una Orden Ministerial.

    27 dic 2011 / 09:33 H.


    Los aceites lampantes no podrán retirarse del mercado español durante las tres próximas campañas. El Consejo de la Comisión Nacional de la Competencia veta la propuesta de la Interprofesional del Aceite de Oliva Español —aprobada en asamblea el 20 de octubre—. Y eso que ya estaba en la mesa del Ministerio de Agricultura, Medio Ambiente y Alimentación, aunque necesitaba el informe positivo de este organismo para sacar hacia adelante esta Orden Ministerial.
    La Interprofesional del Aceite de Oliva Español quería mejorar la calidad del producto en beneficio del consumidor —así lo explica en su planteamiento de la petición—. De ahí que solicitó al Ministerio que aprobara una extensión de norma a través de una Orden Ministerial —texto de obligado cumplimiento para el sector— para que sacara del mercado los aceites lampantes. No obstante, a nadie escapa que esta iniciativa buscaba elevar el precio que reciben los olivareros, ya que la salida de los caldos de menor calidad haría que se redujera la oferta y, consecuentemente, subiera la cotización. De hecho, sería un almacenamiento privado de una parte de la cosecha —algunos estiman que rondaría el 10% de la producción—.
    Sin embargo, la Interprofesional —en su solicitud— indica que la adaptación de la extensión de norma estaba supeditada al informe favorable de la Comisión Nacional de la Competencia. De esta manera, evitaba una decisión unilateral y, también, desafiar la normativa y encontrarse con un veto cuando tuviera el proyecto mucho más avanzado.
    El consejo de la Comisión Nacional de la Competencia ha sido implacable y ha denegado esta propuesta. Lo hace porque entiende que se trata de una medida que iría contra las leyes del libre mercado y que perjudicaría a los consumidores. De ahí que la Interprofesional lamenta y rechaza el veto. Además, asegura que retirará la propuesta. Curiosamente, Competencia —hace unas semanas— emitía un informe que avisaba de prácticas comerciales “peligrosas” para los productores, que no podían hacer frente al potencial de los distribuidores de sus productos por la diferencia de tamaño, lo que afectaba directamente a la rentabilidad de la agricultura. En cambio, ahora rechaza esta propuesta que seguro que incrementaría el precio del aceite de oliva porque considera que va en contra de la legislación. De hecho, Competencia no es muy “querida” por buena parte del sector desde que paralizó Cecasa —empresa para almacenar graneles en situaciones de crisis—, sobre todo, porque después los tribunales le quitaron la razón y se la dieron a los promotores de esta sociedad. Incluso, se intentó recuperar hace unos meses, aunque los problemas para capitalizarla y los posibles vetos normativos —nunca se ha visto con buenos ojos por los organismos que regulan el mercado— han paralizado esta propuesta. Por el momento, la idea de la Interprofesional queda parada, algo que “aplauden” asociaciones de consumidores.

    El almacenamiento de Bruselas no tira del precio
    El almacenamiento privado aprobado por la Unión Europea sirve para aliviar la situación de cooperativas y almazaras, ya que reciben 1,3 euros por tonelada y día en concepto de ayudas, aunque la intervención del mercado que representa la retirada de 44.000 toneladas de zumo de aceituna no tira del precio que sigue igual de bajo o, incluso, va a peor. Las cooperativas —a través de su federación en Andalucía— y los fabricantes ya han pedido al Ministerio de Agricultura, Medio Ambiente y Alimentación que pida a la Comisión Europea una nueva licitación, algo que no parece sencillo. No obstante, insisten en que hay valores en las operaciones de compra y venta que ya cumplen con la normativa de la Política Agraria Comunitaria (PAC), por lo que se podría activar sin problema alguno. Los agricultores comenzaron a manifestarse en marzo y abril para pedir el almacenamiento. Entonces, el kilo de extra costaba 1,99 euros, mientras que el virgen y los lampantes se pagaban a 1,81 y 1,67, respectivamente. Esto hizo que los olivareros tomaran la calle para pedir soluciones porque con estos precios sus explotaciones no son rentables si no tuvieran las subvenciones europeas —incluso hay algunas que están apuradas hasta con la ayuda—. Sin embargo, la Comisión Europea no aprobó la intervención del mercado hasta el 29 de septiembre. Los depósitos se han sellado en octubre y noviembre. En cambio, el precio del aceite va a peor. El extra se paga ahora a 1,82 euros; el virgen, a 1,70, y los lampantes, a 1,56. Sin duda, una cotización muy preocupante.

    Más caro en las tiendas
    Los consumidores aplauden la decisión
    La organización Facua-Consumidores en Acción muestra su satisfacción por el rechazo de la Comisión Nacional de la Competencia. En un comunicado, señala que supondría una severa restricción de la competencia porque obligaría al almacenamiento del 10% de la cosecha de aceite de oliva. Tiene claro que afectaría a los precios y que, en última instancia, perjudicaría a los consumidores. Facua coincide con la Comisión Nacional de la Competencia y asevera que la restricción del producto a la venta no está justificada. Por ello, alaba la decisión que ha tenido este organismo de control del mercado y tiene claro que beneficia los intereses de los españoles que compran aceite.