La Catedral

Importa tanto el reconocimiento oficial, en este mundo de “valores añadidos”, que llegamos a olvidarnos del ser, obsesionados con el parecer. Que la catedral de Jaén sea “Patrimonio de la Humanidad” no deja de ser algo explícito, añadido al valor intrínseco que ya tiene. Creo que muchos piensan más en los beneficios económico-turísticos que en el compromiso de permanente protección que supondría. Una consideración tan economicista posee ribetes de mezquindad. Si de verdad apostamos por ella, demostrémoslo desde ahora, protegiéndola en sí y en su entorno. Y será más fácil la próxima vez.

    01 jun 2014 / 22:00 H.