La cárcel lleva cuatro años con el doble de internos de su capacidad
Rafael Abolafia / Jaén
Desde hace cuatro años, los presos del Centro Penitenciario de Jaén se ven obligados a compartir celda. Fue construida en 1991 para albergar a 350 reclusos. Sin embargo, durante los últimos cuarenta y ocho meses, siempre ha habido más de 700 internos, el doble de su capacidad.
Desde hace cuatro años, los presos del Centro Penitenciario de Jaén se ven obligados a compartir celda. Fue construida en 1991 para albergar a 350 reclusos. Sin embargo, durante los últimos cuarenta y ocho meses, siempre ha habido más de 700 internos, el doble de su capacidad.
La tasa de hacinamiento, que roza el 200 por ciento, es de las más altas del país, según se desprende de los informes que, cada año, realiza el sindicato Acaip, mayoritario en la cárcel de Jaén. Es verdad que el presidio jiennense siempre ha estado saturado. Sin embargo, a partir del año 2005, se produjo “una escalada sin precedentes” en la población reclusa, según palabras del propio director del centro, Manuel Martínez. El récord absoluto llegó a finales del año 2009, cuando se alcanzaron los 790 internos. A partir de ahí, el número de presos se ha estabilizado y, actualmente, fluctúa entre los 730 y los 760 reclusos.
Esos números sitúan la tasa de hacinamiento del Centro Penitenciario de Jaén en un 197 por ciento, una de las más altas del país, según Acaip. Hay que tener en cuenta que, en 2004, ese índice se situaba en el 165 por ciento. Ha crecido casi 30 puntos en los últimos cuatro años. Y lo que es peor es que parece no haber visos de solución. La construcción de nuevos presidios en Andalucía no ha paliado la situación.
El problema es que la población reclusa de la provincia ha crecido en más de 150 personas en los últimos cuatro años. A eso hay que añadir que más del 50 por ciento de los internos tiene condenas superiores a los tres años. La saturación se ha solventado metiendo dos presos en todas y cada una de las celdas, es decir, poniendo literas en celdas que, en principio, eran individuales, una práctica que está en contra del reglamento
El hacinamiento también afecta a las zonas comunes, esto es, comedor, patios, salas de estar, donde la situación, según los sindicatos, es ya de hacinamiento. No hay sitio para todos en los talleres y actividades que se realizan para pasar el tiempo entre rejas, ni en los programas dirigidos a la reinserción. La única solución a la masificación es la construcción de nuevas cárceles, como la que se edifica actualmente en Málaga.
La otra cara de la moneda del aumento de la población reclusa en la provincia es que no ha venido acompañado de un crecimiento en la plantilla de funcionarios. En el Centro Penitenciario de Jaén trabajan 350 personas, las mismas que hace exactamente una década, cuando entre las paredes de la cárcel había unos 500 internos.