La Cámara frena la venta de su edificio de la calle Hurtado a la Diputación

El efecto ha sido el mismo que un imán. Cuando todos los polos estaban cerca y dispuestos a unirse, la operación se ha dado la vuelta y las tres partes han salido desperdigadas —cada una para un lado— y están más lejos que nunca. El comité de empresarios de la Cámara de Comercio e Industria pidió a su presidente, Manuel Barrionuevo, que no acepte las condiciones de la oferta de compra de la Diputación Provincial. Y, a la par, que también rechace las condiciones del inquilino —el despacho de abogados Medina Cuadros— para irse. Esto, en la práctica, conlleva no vender el inmueble de la calle Hurtado —pese a que tiene hasta el visto bueno de la Consejería de Comercio— y complicarse la viabilidad de la institución, ya que el propio plan de saneamiento de la Cámara de Comercio e Industria conlleva el cambio de manos del edificio. El comité considera que la operación no servirá para sacar del atolladero a la institución cameral y, a la vez, perdería el único bien que ha servido para avalar las operaciones de crédito que mantiene.

24 jun 2015 / 09:59 H.

El malestar viene por dos partes. De un lado, con la Diputación Provincial. La Cámara encargó una tasación a una empresa especializada —Tinsa—, que cifró el inmueble de la calle Hurtado en 2,5 millones, según asegura su presidente, Manuel Barrionuevo. En cambio, la Diputación hizo otra y, al parecer, lo deja en unos 2,3. La Administración solo aceptaría la suya, algo que rechaza la Cámara. De hecho, el comité quiere que la Diputación pague 200.000 euros más hasta llegar a los 2,5 millones. Sin embargo, no es el único problema. El inmueble ha de quedar vacío y ahora está alquilado por el despacho de abogados Medina Cuadros, que mostró disposición a colaborar y marcharse. En cambio, el comité de la Cámara tampoco acepta las condiciones económicas del inquilino. Por eso, dice “no”. La operación está parada y enquistada, lo que complica el futuro de la entidad, salvo que la Diputación y su inquilino cedan, algo que no parece sencillo.

“Vendemos para poder pagar, pero si nos desprendemos del edificio y, encima, no pagamos, no sirve de nada”, explica el presidente de la Cámara, Manuel Barrionuevo. Además, fue muy duro: “Espero que nos ayuden, pero me da la sensación de que aquí todo el mundo viene a aprovecharse. No voy a dejar que me pisen el cuello porque el edificio de la Cámara de Comercio es de los empresarios de Jaén. Como no es mío, tengo más obligación aún de defenderlo. Con la operación que se me ha planteado, me faltan 400.000 euros”. No obstante, la Diputación siempre dijo que la tasación de sus técnicos era la válida. Frente a esto, el presidente añade: “Esperaba algo más de sensibilidad porque estamos en un momento crítico. Quiero el dinero para pagar nóminas a mi gente. Su tasación es de 2,3 y la mía de 2,5. Ambas están hechas por expertos y creía que habría margen para entendernos”.
Además, afirma que la salida de Medina Cuadros le costará unos 200.000 euros más, por lo que sumado a los gastos que conlleva la propia operación, a la Cámara de Comercio e Industria no le salen las cuentas. Sin embargo, por otro lado, José Manuel Medina Cuadros —propietario del despacho— considera que todo este proceso ha sido una auténtica “tomadura de pelo”. “Llevamos un año perdido y ahora dicen que no venden. Tenemos a 200 personas allí trabajando. Podrían habernos molestado menos. Nos hemos prestado a colaborar, hemos visitado edificios para preparar la mudanza y hemos pedido no perder lo invertido para colaborar con la Cámara. Y ahora es para nada. Nos dan ganas de dejar de ser los buenos y exigir que se cumpla el contrato. Me da la sensación de que nos han estado utilizando”, dice José Manuel Medina Cuadros.