La calidad decide el duelo
No siempre se puede jugar bien al fútbol, ni los partidos salen como un entrenador tiene pensado antes de que suene el pitido inicial. Influyen muchas circunstancias, como el terreno de juego en el que se disputa el encuentro, el cansancio acumulado por la carga de trabajo —más aún en pretemporada— y el rival que se tiene enfrente. Sin embargo, el Real Jaén supo adaptarse a todos esos condicionantes para superar a Los Villares en un partido en el que más de un jugador dejó destellos de su calidad.

El conjunto blanco, que la noche anterior había caído derrotado en La Victoria a manos del Córdoba, supo adaptarse a las pequeñas dimensiones del José Antonio Manrique y, por momento, hasta agradó con su juego. Enfrente tuvo a un digno rival. Los Villares, conjunto revelación del grupo IX de Tercera División la pasada temporada, puso en más de un aprieto al combinado de Gonzalo Arconada. De hecho, el primer tiempo se caracterizó por la igualdad entre ambos equipos, tras un inicio titubeante, con pérdidas a la hora de jugar el balón. Lógico, por otro lado, en el periodo de preparación.
Sutil y Cala fueron los jugadores más activos del Real Jaén en los primeros cuarenta y cinco minutos. Buscaron asociarse para crear peligro sobre la portería de Guerrero, pero se encontraron con una defensa local ordenada y muy efectiva. Los Villares también dispuso de ocasiones, aunque menos claras que las visitantes. Con empate a cero se llegó al final del primer acto.
La segunda mitad estuvo más trabada. Los de Gonzalo Arconada estiraron las líneas y trataron de jugar más por banda. Por su parte, el cuadro de Manuel Chumilla utilizó el juego directo para llevar peligro a la meta blanca. Cala puso la guinda a su gran actuación con un golazo. El malagueño enganchó un magnífico disparo desde la frontal que se coló como un misil en la meta local. Diez minutos después, Álex Cruz, de falta, tras golpear en la barrera, sentenciaba el choque. Álvaro recortaba distancias en el tiempo añadido.