La burbuja del fútbol
Desde barcelona. Por fin se empieza a tomar conciencia de verdad y, por tanto, a pinchar, la burbuja del fútbol. Acabamos de ver cómo el ayuntamiento de Barcelona se niega a prolongar las horas de metro por un partido que empieza a las 23:00 horas.
Los amos del fútbol creían que podían sustituir con su espectáculo aquel otro sagrado de la “adoración nocturna”, o del “rosario de la aurora”, más concurrido aúna esta última por poder jorobar el sueño de los demás. También un directivo acaba de declarar lo obvio: que le parece una salvajada pagar cien millones de euros por un futbolista; y más cuando se está despidiendo a grandes médicos o científicos por no pagarles quinientas veces menos. Se va destapando ese maquiavélico truco político de distraer al pueblo de sus verdaderos intereses, por medio de individuos forrados de oro, imitando el ostentoso baño de oro que se daba antes a los objetos e imágenes de culto, para valorizar su significado, contra todo lo que predicó Jesús.
J. Mit Pau