La broma pesada del tranvía




Un parque temático del despropósito, de la desidia, de la vergüenza política. Cien millones de euros enterrados en la ciudad, con vías a ningún sitio, paradas vacías y trenes cubiertos de polvo. Una parada obligada en la ruta del despilfarro español (aeropuertos sin aviones, museos sin construir, autovías de pago sin vehículos). Al estar en el centro, además, a los jiennenses nos recuerda a diario nuestra torpeza. Pero nos hemos acostumbrado a su incómoda presencia, con un silencio cómplice, como si no fuera nuestro dinero el que pisoteamos cada día. 

    15 feb 2013 / 09:28 H.

    A quien nos ve desde fuera, sin embargo, le sorprende este descontrol. Esos aparcamientos improvisados en el Paseo de la Estación, ese circuito artificial para el atletismo, ese abandono de los jardines…  La criatura bastarda pena la imperdonable improvisación gestora de la alcaldesa socialista y la Junta de Andalucía y el sabotaje después del alcalde popular. En Sevilla, el candidato popular Zoido trazó una estrategia conocida aquí. Allí era el “capricho de Monteisirín” y el “trenecito”, aquí se reprodujo tal cual, con el cambio de apellidos y con adjetivos en función del foro. Sin embargo, y aunque la criatura no es suya, le ha cogido el ritmo y ya no se le niega el pan y la sal ( Al tranvía ni agua). Allí, el consorcio público rema al unísono, aquí, sin embargo, también chocamos con el interés privado ( Castillo frena el tranvía). El vodevil con Ferrocarriles de la Generalitat de Cataluña solo sirvió para que un costoso guion (informe técnico) desvelara una trama conocida: que el tranvía cuesta dinero y que necesita financiación pública. Esa película la hemos visto. La época del rifirrafe político ya pasó. El alcalde parece olvidar que cada día que pasa el tranvía es algo más suyo. Tiene que tender puentes, no volarlos. Al otro lado de la vía, la Junta tiene que responder, dar un paso más. Las condiciones (económicas) de antes no son las de 2013. Nadie discute que esta obra hoy sería inviable. Pero ya está hecha y solo requiere un empujón político.  Esta ciudad se merece un respeto y se lo están faltando.

    Palabra Perdida

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