La otra luna de miel

Sí, se dice que los aires de las montañas asturianas son muy sanos pero, allí, en Asturias, de donde acabo de regresar, también hay lista de espera para que te vea el médico. Eso sí, allí me dejé mejor tiempo del que me encontré a mi regreso en Jaén. Tuve que cargar durante una semana con el paraguas que ni tan siquiera llegué a abrir. Lo que pasa es que en aquellas altitudes en la acera que da el sol te quitas la chaqueta y en la que da la sombra te tienes que poner hasta la bufanda. Pero Asturias y Cantabria merecen la pena hacerles una visita aunque sea tan corta como la que mi esposa y yo hicimos la semana pasada.  Un detalle muy bonito el que tuvieron mis hijas al regalarnos este viaje al cumplir nuestras bodas de oro. Una segunda luna de miel muy gratificante pero muy distinta a la primera. En ésta sí tuvimos tiempo de sobra para recrearnos en el paisaje. De todas maneras, no crean que mi primer viaje de novios fue nada del otro mundo. Eso sí, había que irse de Jaén unos días, porque quedándose aquí se corría el riesgo de que, como la gente es tan preguntona, al día siguiente de la boda te preguntaran los cumplidos qué tal habías pasado la noche, y no es cuestión de andar dando detalles del evento. Mi mujer y yo nos fuimos unos pocos días a Madrid con un presupuesto tan corto, que en la capital de España –cosa que no nos ha sucedido ahora- nos sorprendió la lluvia y tuvimos que comprar un paraguas. Este desembolso imprevisto nos hizo regresar un día antes. Ahora ha sido diferente. Los gastos corrieron a cargo de Mari Carmen y Maribel, mis dos hijas, y hemos disfrutado de lo lindo por esas bellas tierras de Asturias y Cantabria, dos regiones que  no conocía. Ha sido un viaje que recomiendo a todos. Aunque el motivo principal era el deseo que tenía mi mujer de visitar a la Virgen en Covadonga, las ofertas paisajísticas y culinarias son envidiables. Cómodo viaje, excelente trato en el hotel Cristina de Noreña, especialmente de sus cuatro camareros y, sobre todo de la madrileña Inma Gallego, la gentil y preparada guía, y del atento y hábil conductor, el murciano Jose Nicolás. Como suele suceder,  se hacen buenos amigos de otras ciudades que te dejan buenos recuerdos, como el matrimonio sevillano Miguel y Ana. Buena gestión de mi amigo Pepe Calahorro, titular de la agencia Celtiberia. 

 

Chascarrillo

Buen recuerdo
—De Asturias me llevo seis botellas de sidra. ¿Y tú dices que te llevas más de diez y no te veo ningún paquete? —Hombre, porque yo he preferido llevármela “puesta”.

    24 mar 2014 / 23:00 H.