La brecha salarial atenta contra la dignidad laboral de la mujer
El Día Europeo para la Igualdad Salarial pone el acento en una realidad más que palpable, porque viene a redundar en la desigualdad entre hombres y mujeres en el ámbito laboral. Tanto que ellas necesitan entre un mes y 22 días más de trabajo para ganar lo mismo que sus compañeros. Los expertos defienden que existe una clara relación entre la riqueza de un país y el número de mujeres que trabajan.
Sólo hay que detenerse a mirar que, a pesar del importante avance de la presencia de las féminas en los estudios universitarios, con mayor número de matriculadas y con mejor expediente, esta circunstancia no se traslada después en el ámbito de la empresa cuando llega el momento de formalizar las contrataciones. En el actual modelo productivo los obstáculos son todavía demasiados y, algunos, insalvables. Sirva como ejemplo el dato de que, con hijos a su cargo, la tasa de empleo de la mujer cae más de doce puntos, mientras que la de los hombres sube un 7,3, lo que demuestra las facilidades de unos y otros a la hora de compatibilizar la vida familiar con la laboral. Y es que no son pocas las empresas para las que un hombre con hijos es una garantía de fidelidad, mientras que una mujer en la misma situación, una fuente de problemas, tal y como señaló ayer el sindicalista jiennense Cándido Méndez. Que en dos años haya tres mil inspecciones para que se cumpla la Ley de Igualdad no parece una cifra representativa de que se esté intentando luchar contra esta forma de discriminación.
La sociedad se podrá considerar avanzada, más eficiente y más justa cuando sea capaz de distinguir la valía de las personas por encima de su sexo. Con medidas eficaces y concretas que lo garanticen y acaben con los graves desajustes que se perpetúan en el tiempo. De otra forma sólo nos quedaremos en buenas palabras y vacías declaraciones de intención. Como hoy sucede.