La bandera y el Mundial
Otra vez somos más españoles, más patriotas, y sacamos la bandera a todos los balcones habidos y por haber. Me encanta, me llena de orgullo y satisfacción como diría quien todos sabemos, que tengamos ese repentino cariño por nuestra bandera, por los colores que representan a nuestro país. Estos días da gusto recorrer las calles y encontrarse la bandera ondeando por los lugares más insospechados.
Ahora no son fachas, no señores, son futboleros, que es distinto. Ya está bien de machacar a quien le gusta lucir la bandera de España en cualquier época, se celebre o no el Mundial de fútbol. Hay que tenerle ese cariño a nuestra bandera todos los días del año, no tanto quizá como los americanos, que ya se pasan a veces, pero sí mucho más de lo que se la quiere por estos lares. Es nuestro símbolo, por encima de partidos políticos o de creencias de otra índole y por eso mismo hay que estar orgullosos de ella, porque es un emblema que es capaz de unir a las personas y hacerlas caminar en la misma dirección. Puede que no sea más que un símbolo, un trozo de tela de colores, pero es nuestra y eso ya es motivo suficiente para no esconderla en un baúl cuando se acabe el Mundial. Yo apuesto por dejarla todo el año en el balcón, hasta que pierda los colores por culpa del sol.
Luis Morales Vega / Jaén