La autopsia confirma la muerte súbita por fallo cardíaco

Rafael Abolafia / Jaén
Sufrió una muerte súbita por fallo cardíaco. Esos son los resultados preliminares que ha ofrecido la autopsia practicada ayer por los patólogos del Instituto de Medicina Legal de Jaén al cadáver de Agustín R. L., el hombre que cayó “fulminado” mientras jugaba al fútbol en la tarde del domingo.

    30 dic 2008 / 11:14 H.

    La víctima, de 30 años y padre de dos hijas, recibió ayer el último adiós de parte de familiares y amigos en un acto íntimo y emotivo celebrado en el Tanatorio San José de Jaén. A primera hora de la mañana, los forenses le realizaron la autopsia al cuerpo sin vida de Agustín R. L. Fuentes del Instituto de Medicina Legal confirmaron que sufrió el conocido como “síndrome de la muerte súbita del deportista”, probablemente por la rotura del pericardio. En principio, la causa es similar a la que causó la muerte de Antonio Puerta, futbolista del Sevilla, o, más recientemente, el de Francisco Javier Herrezuela Arroyo “Guti”, jugador del Olímpica Valderveña de Huelva. No obstante, todavía será necesaria analizar de forma más pormenorizada los resultados obtenidos.
    Agustín R. L. era jefe del área de recambios del concesionario de vehículos Skoda en Jaén, perteneciente al Grupo Olivauto. Llevaba seis años en la empresa: “Era un trabajador nato y muy responsable. Le considerábamos una persona tímida, pero muy agradable en el trato. Jamás hubo una queja de él”, dicen los que han compartido tareas con él en el concesionario. “Estamos muy afectados, lo apreciábamos mucho”, agregan.
    El fallecimiento de Agustín R. L. se produjo el domingo por la tarde en una de las pistas del complejo deportivo Triunfo de Jaén. El hombre jugaba al fútbol con un grupo de amigos, tal y como hacía de forma habitual, cuando cayó desplomado muy cerca del círculo central. Fueron su propio hermano y un amigo, que también participaban en el partido, los que trataron de reanimarlo en un primer momento  hasta que llegaron los servicios sanitarios del 061. Al parecer, también participó un empleado del complejo deportivo en las primeras tareas de resucitación. No pudieron hacer nada a pesar de que trataron de reanimarlo durante casi cuarenta minutos. Agustín R. L. había fallecido.