La antigua base de La Pandera se rehabilita para darle un uso civil
El Vértice de La Pandera comenzó a tener utilidad estratégica cuando los Estados Unidos construyeron una estación de radares. Décadas después, gracias a la cesión del edificio a Los Villares y Valdepeñas y el proyecto de la Diputación, la base militar se transforma en un centro para el ocio. Hay jóvenes que jamás lo escucharon, pero en la provincia hace años cundió una creencia, durante la etapa de la Guerra Fría.
Se temía un ataque de la extinta Unión Soviética a suelo jiennense, más concretamente, había personas convencidas de que una cabeza nuclear “apuntaba directamente” al Vértice de La Pandera. Como todas las habladurías, parten de una verdad, que es que en este monte, de 1.872 metros de altitud, a medio camino de Valdepeñas y Los Villares, los Estados Unidos construyeron una estación de radares cuando su archienemigo era la superpotencia comunista rusa. En la base, hasta no hace mucho, hubo militares españoles que dormían en un complejo de barracones y mantenían las instalaciones en perfecto estado y, actualmente, hay un sistema de vigilancia, mediante infrarrojos, con el que se detecta cualquier anomalía. Estos edificios castrenses, gracias a unas obras recién terminadas, está previsto que se conviertan en un lugar para el ocio y el disfrute de la naturaleza. La Diputación fue la que acometió la reforma, con un presupuesto de 561.000 euros, tal y como explica la responsable de Turismo de la Administración provincial jiennense, Ángeles Férriz. El dinero salió del programa Activa Jaén y permitió dar una respuesta a una vieja demanda de la provincia, la cesión de este suelo para uso civil.
Las gestiones para que el Ejército traspasara a los ayuntamientos valdepeñero y villariego La Pandera comenzaron a principios de la década pasada y la cesión se hizo efectiva, finalmente, el 4 de septiembre de 2006. Ese día, firmaron el documento el entonces secretario de Estado de Defensa, Francisco Pardo; las dos alcaldesas de entonces, María de la Paz Moral, que sigue en el cargo en Valdepeñas; Carmen Anguita, de Los Villares, y el que era presidente de la Diputación, Felipe López. El representante de la tropa española reconoció que, con este acto, se acababa con un problema “enquistado”. Con la transformación, aclara Férriz, el inmueble es muy similar a un albergue, ya que conserva su anterior estructura, que incluía una lavandería, una cocina o dormitorios.
José Rodríguez Cámara /Jaén
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