La ansiada reforma sanitaria echa a andar en una jornada histórica

Pocas veces la palabra histórica está tan bien utilizada en su sentido más estricto como en el caso de la reforma del sistema sanitario en Estados Unidos, una batalla que acaba de ganar el presidente Barack Obama con la promulgación de la ley que lo hará posible, por fin.

    24 mar 2010 / 11:30 H.

    La ceremonia de ayer en el país fue realmente un momento que marcará un antes y un después en el día a día de sus habitantes, después de incontables historias dramáticas y duras de muertes y sufrimientos de familias enteras por culpa de no tener dinero para costearse la curación que necesitaban.
    La Cámara de Representantes ya había dado luz verde a esta normativa el pasado domingo por una ajustada votación de 219 votos a favor, frente a 212 en contra, fruto de un largo proceso de negociación. Hay que tener en cuenta que el coste de esta revolucionaria medida se cifra en 938.000 millones de dólares, una cantidad más que significativa en una época de recesión como la actual. De hecho, los secretarios de Justicia de trece estados presentaron una apelación conjunta ante los tribunales en la que se pone en duda la legalidad de esta reforma y el estado de Florida, por su parte, también presentó una demanda.
    Pese a todo, el día de ayer pasará a los anales como la jornada en la que el presidente estadounidense firmó el texto ante 280 invitados, con 22 plumas estilográficas, un momento muy esperado desde que tomara posesión de su cargo en enero de hace ya un año. Se trata del mayor logro hasta el momento de su mandato, una reivindicación que supone el triunfo de la razón y de la humanidad por encima de cualquier otra consideración. Para él, además, tiene un especial valor sentimental, porque, como ya es sabido, su propia madre tuvo que enfrentarse a las aseguradoras mientras sufría el cáncer que acabó con su vida.