La Alameda “del revés” en la noche de la música
Nuria Fernández / Jaén
Glamour, protesta, melancolía y emoción revolotearon sobre el escenario de la última edición del Lagarto Rock. La apuesta de Jaén por la buena música no dejó indiferente a una ciudad que este mes de junio baila por todas las esquinas. Ayer, el auditorio de La Alameda lució el mejor de los ritmos.

Glamour, protesta, melancolía y emoción revolotearon sobre el escenario de la última edición del Lagarto Rock. La apuesta de Jaén por la buena música no dejó indiferente a una ciudad que este mes de junio baila por todas las esquinas. Ayer, el auditorio de La Alameda lució el mejor de los ritmos.
Música, música y más música. Y de la buena. Festivales como el Lagarto hacen que los vecinos del auditorio de La Alameda, en vez de quejarse, se sumen a la fiesta. Tuvieron a algunos de los mejores grupos del momento a un paso de casa en un espectáculo que no desmereció los de años anteriores. El recinto estaba a rebosar y el ambiente fue excelente.
Sobre el escenario, las bandas se dejaron llevar por el público, que jaleó igual a los finalistas que a los invitados. The red crayon aristocrat club inauguró la tanda de los primeros y la edición de 2009 antes de que cayera el sol. Con Arcade Fire, insignia indie, y Ladytron en su lista de “músicos más influyentes” a nadie extrañó el derroche de vanguardia de la agrupación madrileña en plena acción. Hicieron de teloneros de Vetusta Morla, el nombre de pop independiente español que más fuerte pegó el año pasado. También son de la capital y “modernos”, además de los responsables de gran parte de los desplazamientos hasta La Alameda.
Pantalones anchos y camisetas con mensajes del estilo “Cuanto más grande es el caos, más cerca está la solución”, de Mao Tse Tung vestían a los seguidores de La Excepción, el segundo grupo invitado de la noche. Le precedieron unos prometedores “hip-hoperos” sevillanos, otros finalistas del concurso de maquetas, que utilizan la célebre frase para abrir su página de Myspace en la que ya se presentan como “Bei-Ping Mafia, finalistas del Lagarto Rock Festival”.
Y es que en su escasa década de vida, la convocatoria jiennense se ha extendido por todo el panorama nacional e, incluso, más allá. De hecho, tan sólo hubo una representación jiennense en La Alameda, la de los ubetenses Guadalupe Plata, con una crepitante mezcla de blues, rock y garage, ritmos británicos y una estética que no esconde el influjo de las películas de gánsteres americanos. Todo ello la convierte en una de las mejores bandas andaluzas del género del momento. La nota bailonga llegó de manos de Macaco y sus himnos a la alegría, loas a “mother Earth” e imploraciones por un mundo más justo, que pareció surtir efecto entre los asistentes.
Para todos los bolsillos
Los ensayos y prue- bas de sonido comenzaron en la víspera del festival y ayer por la mañana, temprano, los técnicos se pusieron manos a la obra con los demás preparativos. El viernes a última hora, el número de entradas anticipadas vendidas superó la cifra de tres mil y en taquilla aguardaban más de mil para los últimos en sumarse al espectáculo. El buen tiempo y el precio del pase, diez euros, aseguraban el lleno y se cumplieron las espectativas de la oraganización. Y es que pocos festivales tan económicos ofrecen un cartel similar.