La afición azulilla desespera

Ni el más pesimista de los aficionados que acudieron al Estadio de Linarejos podía presagiar un desenlace tan amargo. La ilusión que se palpaba en las gradas del viejo campo se transformó en decepción al final de un partido en el que el Linares no pasó del empate a cero ante el Antequera. Un equipo que, al igual que otros muchos, le basto el orden táctico y la solidez defensiva para maniatar al conjunto azulillo, que ve, como en apenas cinco días, no solo pierde el primer puesto, sino que, además, se complica el segundo y hasta el tercero. Por fortuna, el enfrentamiento directo del domingo entre el Loja y el Mancha Real le permite viajar a Atarfe con cierta tranquilidad, aunque con una sensación extraña, ya que el colectivo ofrece, en el momento más importante de la temporada, pocas garantías. Por ello, no es extraño el silencio sepucral con el que la hinchada linarense abandonó el estadio.

01 may 2014 / 22:00 H.


Al equipo de Antonio José García, “Torres”, le faltó frescura en el centro del campo. Sus llegadas eran abortadas una y otra vez por la zaga antequerana. Esa falta de ideas fue la constante durante los noventa minutos. Hay jugadores a los que les empieza a pesar la responsabilidad, y la ausencia de Chico se sintió, sobre todo, en las jugadas de estrategia. Las ocasiones fueron contadas. La primera llegó a los once minutos con un remate de Vitu que salió alto por poco. El resto de opciones para ganar se quedaron en jugadas de peligro, solo en eso. Lopito fue espectador de excepción de un encuentro soporífero, jugado bajo un calor axfisiante y ante poco público. La afición sigue sin engancharse al proyecto por algún motivo.
Quizá porque, en los últimos encuentros, los decisivos de la competición, su equipo ha ido de más a menos, como ya quedó patente ante el Vélez en Linarejos, que se resolvió en la recta final y tras desaprovechar un penalti y jugar en superioridad númerica durante prácticamente 70 minutos. La segunda mitad frente al Antequera fue un querer y no poder, sin más.
no hay excusas. Al Linares no le queda otra que ganar en Atarfe. Cualquier otro marcador supondría un jarro de agua fría difícil de digerir a falta de solo una semana para las eliminatorias por el ascenso a Segunda B, categoría que la grada ve lejos en la actual tónica de juego. Sea como fuere, habrá que esperar. Sería la quinta promoción del Linares y una oportunidad de oro para recuperar, en solo cinco, años una división que añora la hinchada.