La acusación recurre ante el TS el fallo que condena al vecino de La Guardia que intentó matar a otro
La acusación particular ha recurrido ante el Tribunal Supremo la sentencia de la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Jaén que condena a un total de nueve años de prisión al vecino de La Guardia J.R.R., de 50 años de edad, acusado de intentar acabar con la vida de otro varón tras dispararle hasta en cinco ocasiones, más una sexta en la que el proyectil no impactó en el cuerpo, en el bar de una gasolinera próxima al citado término municipal jiennense el 14 de febrero de 2010.
De esta forma, según ha explicado a Europa Press el abogado de la víctima, Cipriano García Medina, recurrirá mediante recurso de casación el fallo que condena a J.R.R. a siete años y medio de prisión por homicidio en grado de tentativa y a un año y medio de cárcel por tenencia ilícita de armas. Así, ha pedido 13 años para el acusado, dos de ellos por tenencia ilícita de armas y, además de esta agravante, ha exigido para el condenado que se considere la agravante de alevosía en su conducta.
Al respecto, ha mencionado que el agresor tenía una intencionalidad de acabar con la vida del agredido al llevar el arma, empezar a amenazarlo y, cuando la víctima estaba en el suelo y ya no podía defenderse, le dio un sexto tiro "para consumar el asesinato", que finalmente no tuvo lugar "gracias a la magnífica actuación primera de los sanitarios y de las posteriores intervenciones gravísimas llevadas a cabo".
Tal y como argumentado García Medina, su decisión se debe a que el condenado fue autor de un "asesinato frustrado", pues puso "todos los medios hasta la saciedad para consumar la muerte" del vecino de La Guardia. Además, ha hecho hincapié en que "alguna intención llevaría el agresor cuando llevaba la pistola cargada y por la calle, algo que no es muy normal" y ha recordado que la misma estaba transformada y habilitada para matar perteneciendo en un primer momento a las del tipo de fogueo.
"VOLUNTAD ABSOLUTA" Y "ANIMADVERSION"
Cabe recordar que el Ministerio Fiscal expresó, en la segunda y última sesión del juicio, celebrada el pasado 14 de diciembre, que hubo una "voluntad absoluta" por parte del vecino de La Guardia de acabar con la vida de su víctima, sin embargo, no vio en el agresor una actitud alevosa. Así, aludió a la "animadversión" existente entre ambos, la cuál ninguno ocultó, de hecho, el acusado dijo a su víctima "de aquí sales con las patas para adelante".
De esta manera, la Fiscalía trasladó que el agredido cogió un taburete de los que se encontraban en el establecimiento para protegerse de su agresor, quien le disparó por primera vez en el brazo, si bien intentó desarmarlo, ya que sabía que si se marchaba podía dispararle por la espalda. Tras caer en el suelo y forcejear con él, la víctima recibió cinco disparos en una secuencia rápida que pudo durar unos siete minutos. A continuación, el procesado se levantó y dio un sexto disparo estando ya de pie.
Para la fiscal, el acusado quiso asegurarse de que daba muerte a su adversario, a pesar de que asegure que la pistola no era suya, aunque haya "pruebas suficientes que le incriminen", y que no se acuerda de nada, "solo que estaba lleno de sangre con una carabina en la mano" que había salido a coger a su coche y que recogió una cámara de seguridad de la gasolinera. Así, la Fiscalía considera que el intento de matar "quizá no fue premeditado, pero sí llevaba el arma en la funda anexa a la cintura de sus pantalones".