La Academia de Baeza despide a un nuevo director que llega a general
José Rodríguez Cámara / Baeza
La Jefatura de Enseñanza de la Guardia Civil y la adaptación de los estudios del Cuerpo al marco universitario. Ese es el destino que espera a Adolfo Gómez Rico Romero del Hombre Bueno, que ayer recibió su fajín de general, tras dirigir la Academia. En su despedida, tuvo emocionadas palabras para Baeza y la vecina Úbeda.

La Jefatura de Enseñanza de la Guardia Civil y la adaptación de los estudios del Cuerpo al marco universitario. Ese es el destino que espera a Adolfo Gómez Rico Romero del Hombre Bueno, que ayer recibió su fajín de general, tras dirigir la Academia. En su despedida, tuvo emocionadas palabras para Baeza y la vecina Úbeda.
El general Adolfo Gómez Rico Romero del Hombre Bueno se acordó de Antonio Machado en el discurso en el que agradeció su ascenso en el Cuerpo, un mayor rango que se escenificó ayer con la imposición del fajín de seda púrpura y borlas gualdas. “Campo de Baeza, soñaré contigo cuando no te vea”, parafraseó al poeta hispalense, que fue baezano el tiempo que dio clases en su instituto, para despedirse de la ciudad en la que ha vivido durante los últimos tres años. Este destino, el último de su carrera de oficial, y, el primero, Úbeda, donde llegó en 1976 como profesor, en palabras del general, “marcaron positivamente una buena parte de mi vida familiar y profesional”. Y es que, en el hospital ubetense, recordó, nació su “hija mayor favorita”, Soledad.
No fue la única referencia a su familia, Gómez Rico Romero del Hombre Bueno no se olvidó de su otra hija, Marta, que vino al mundo en Córdoba, en 1978 durante su etapa, en Posadas. Para su esposa, Marisol, fueron varios guiños. “¡Cuántos momentos dejados de vivir juntos por necesidades del servicio sobrevenidas!”, aseguró, durante su discurso, en uno de los momentos más emocionantes. El padre de Gómez Rico, guardia como él, estuvo en el arranque de su intervención. Fue con una anécdota en la que confesó como, a los cinco años, le respondió al capitán de su progenitor, a la pregunta de qué quieres ser de mayor, “Yo, más que capitán”. “Mi hermano Paco, sargento del Cuerpo, me estará viendo desde el cielo. A ellos (sus padres), y a mis hermanos Manolo y Ramoni, aquí presentes, os puedo decir que una buena parte de esta faja es vuestra”, agradeció también.
Ante un auditorio de quinientas personas, el general habló de su próximo trabajo, al frente de la Jefatura de Enseñanza, donde tendrá que enfrentarse a la adaptación de los estudios del Cuerpo al sistema universitario español.