Karina y la voz de platino

Escarbo en el baúl de los recuerdos y encuentro este momento. Habitaciones llenas de trofeos de todo el mundo. Sus flechas del amor de Cupido fue una canción maravillosa con alas para volar allá donde se lo propusiera. Dulce voz, exquisita en el trato. Ojillos de almíbar eran los destellos que iluminaban la candidez de Charo Valenzuela, reportera del momento y quien esta mirilla escribe. Nos ofreció café con leche y pastelillos. Yo le dije que mi café fuera solo y con un chorreoncillo de anís. Karina no encontró anís, pero consiguió abrir una botella de licor. El licor de no sé cuántos grados estaba hecho para resistir hasta los vientos siberianos. Aquella entrevista, publicada en Diario JAÉN, la guardo como oro en paño. Karina, me ha hecho recordar que el tiempo es un leve soplo mecido en la nostalgia del breve tiempo. Tenía chispas en los ojos y electrizaba a quien la miraba, hija de Jaén, criada en la calle San Clemente, con ascendencia valenciana, se merece más que un fugaz recuerdo. Me explico: ¿tiene nuestra ciudad una calle con su nombre artístico? Espero respuesta.

    06 may 2014 / 22:00 H.