Juzgarme o perdonarme

LAURA ROJO desde Jaén. Antes veíamos la pobreza en los países de al lado, ahora por desgracia, la tenemos, en el vecino de al lado. Juzgamos ¡Sí! Mucho, a veces con motivo, pero otras sin causa. ¿Por qué? Somos egoístas, no valoramos lo que tenemos y siempre miramos al de enfrente a ver si tiene más que yo.

    16 jul 2012 / 15:09 H.

    En esta situación en la que ahora vivimos hay que ser menos caprichoso y pensar en los demás, las cosas materiales no importan si luego no hay ni para comer. Las experiencias de la vida te hacen que las veas a lo largo de los años de muy diferentes formas. Trabajas, ganas dinero, tienes para pagar, tienes para comer y bueno, como se suele decir, vas tirando. Pero un día llega esta maldita crisis y te afecta y eres uno de los elegidos. Te quedas sin trabajo y ahora de qué va a comer tu familia, cómo pagas los gastos, el paro o la paga no te llegan ni para llegar a final de mes. Y claro, esto te hace pensar, llorar y hasta caer en una depresión. Pero esto lo llevas en tu casa y tú por dentro. Sales a la calle y disimulas, te da vergüenza que los demás lo sepan, por eso la gente sigue viendo lo que quiere, no se da cuenta de tu situación y llega un día que la desesperación hace que se te vaya la vergüenza y pidas ayuda. Por eso, en los pueblos y las iglesias hay unas personas maravillosas que si tienes esperanza y confías en ellas te ayudarán. Con esto quiero decir, no juzguéis, no miréis lo que tiene el de al lado, si no pensar y reflexionar: ¿Estará bien? ¿Tendrá trabajo? ¿Tendrá para comer? Puede ser que os llevéis una sorpresa. Por eso os aconsejo que intentéis ayudar al que lo necesite, sin juzgarlo, que nunca sabemos cuándo nos puede tocar a nosotros.