Justicia tardía para Marta Domínguez

ALFONSO LAGO desde Valladolid. ¡Vaya caraduras! Han tenido que esperar hasta el último momento para 'mojarse' de verdad, con el 'agravio desmesurable' sufrido por la campeona del mundo Marta Domínguez.

    15 jul 2011 / 14:55 H.

     Cuando no habían transcurrido ni veinticuatro horas, se alzaron las voces, (en su contra, por supuesto), de los que llevaban a la “hoguera” todo ese “paquete explosivo” que condenaban a la atleta palentina al “destierro”, por unos supuestos hechos no contrastados en la espuria “operación Galgo”, apuntando directamente en el corazón de la atleta.” Nadie daba un “duro de los de antes” (ni sus compañeros de entrenamientos) por la salvación de Marta. Y los “todopoderosos” (léase políticos y funcionarios de por vida, y también federativos de “poca monta”, que viven del esfuerzo deportivo de los demás), se lavaban las manos como Pilatos. Incluso el presidente de la RFEA, Odriozola, se atrevió a suspenderla de forma “cautelar” de su puesto como vicepresidenta de dicha federación, haciéndosele en estos instantes la “boca agua”, y ofreciéndole el “oro y el moro”, y el mismo cargo a “toro pasado”, como quien no quiere la cosa. ¡Qué desvergüenza!. Lo de Marta ha sido una “humillación nacional” en toda regla. Casi matizaría que una “persecución” política para masacrarla de por vida. Así que los que se han equivocado, que tengan la valentía de dar la cara y pidan, cuanto menos, perdón por todo el daño que han podido causar a la atleta. Y cuando vuelva a intentarlo deportivamente (¡que volverá!) y suene el himno nacional en el medallero del estadio internacional (aunque sea por última vez), espero que Marta tenga la sangre fría para hacer un “corte de mangas” a aquellos que cercenaron su verdad, antes de ser juzgada, y los que quieran “hacerse su fotografía” habitual en el podio, que se pongan las zapatillas de correr y que suden por una “vez”. Sencillamente así. Ahora ya, Marta Dominguez, libre como el viento, “¡sin galgos y sin liebres”! A pesar de que se haya hecho justicia demasiado tarde.