JUANI RUS CANIEGO. "Hay que tener claro el sueño que se quiere conseguir"
MARIAM LÓPEZ
Juani es todo un ejemplo de mujer emprendedora, luchadora y solidaria. Ella misma reconoce que “Limpiezas Juma” son sus trabajadores por encima de todo y el empeño unánime por dar un inmejorable servicio. Con el tiempo y su esfuerzo, su empresa no sólo ha crecido, sino que se ha convertido en una gran familia. Prueba de ello es el buen ambiente de trabajo que se respira y su consolidación como empresa de calidad en Jaén.

Juani es todo un ejemplo de mujer emprendedora, luchadora y solidaria. Ella misma reconoce que “Limpiezas Juma” son sus trabajadores por encima de todo y el empeño unánime por dar un inmejorable servicio. Con el tiempo y su esfuerzo, su empresa no sólo ha crecido, sino que se ha convertido en una gran familia. Prueba de ello es el buen ambiente de trabajo que se respira y su consolidación como empresa de calidad en Jaén.
—¿Cómo llegó a ser empresaria?
—Pues, sinceramente, no estaba en mi mente ni tener mi propia empresa ni dedicarme al sector de la limpieza. Cuando terminé el BUP, empecé a trabajar en una guardería como cuidadora, en la que estuve 4 años. Y, en principio, mi vocación iba por esta rama, pero abrir una guardería no estaba a mi alcance, la verdad. Después, empecé a trabajar en una empresa de limpieza, en la que permanecí 7 años y en ella conocí a una compañera de trabajo que me animó a crear juntas nuestra propia empresa, así que nos arriesgamos, aunque el primer año nosotras mismas éramos las limpiadoras. Con el paso del tiempo, fuimos contratando a trabajadoras. Después de unos años, decidimos separarnos porque teníamos una visión distinta de cómo llevar el negocio. Entonces, creé una Sociedad Limitada junto con mi esposo, “Limpiezas Juma”, y, actualmente, tenemos a nuestro cargo a 28 trabajadores repartidos entre Jaén capital Mengíbar, Martos, Torredelcampo, Úbeda y Villargordo.
—Crear su propia empresa es todo un riesgo. ¿Qué le animó a seguir adelante?
—La verdad es que fue una locura. Cuando surgió la idea de crearla no contaba con el apoyo de mucha gente porque yo tenía un puesto de trabajo fijo y me arriesgaba a perderlo y que la empresa no funcionara. Pero mi padre y mi marido me animaron a intentarlo y a luchar por ese sueño y, bueno, aquí estoy después de casi 10 años totalmente consolidada en el sector de la limpieza. También es cierto que, por aquel entonces, y creo que aún existe, se daba una ayuda desde los organismos oficiales a las jóvenes mujeres empresarias que llevaran, al menos, un año con la empresa y con el compromiso de mantenerla otro año más. Gracias también a este apoyo económico conseguimos arrancar del todo.
—¿Qué es lo que más esfuerzo le costó para sacar adelante su empresa?
—Cuando yo arranqué con mi propia empresa, muchos de los clientes que tenía en la anterior se mantuvieron conmigo. Tal y como ya he dicho, al principio, yo misma limpiaba y ellos conocían perfectamente mi manera de trabajar y confiaban en mí. El mayor problema fue abrirse a nuevos clientes que no te conocían. Estábamos empezando y no se fiaban demasiado y más cuando había otras empresas de limpieza muy implantadas en Jaén. Sin embargo, cuando se nos fue conociendo, esto es como todo, un cliente te recomienda a otro y, así, se sigue en cadena.
—Siempre se ha asociado empresa con empresario en masculino. ¿Le ha costado, por ser mujer llegar a ser empresaria?
—En algunas cosas sí, sobre todo, a la hora de dar la cara o responder por un defectuoso servicio. Aquí es cuando si el cliente es hombre, hay casos, no todos afortunadamente, en que considera que está por encima de ti o te ven más vulnerable a sus críticas o exigencias que si estas se las hacen a otro hombre. En muchos casos, ya te digo, se prefiere que sea otro hombre el que te dé la cara y responda ante cualquier queja. Prefieren que sea mi marido el que responda frente a ellos antes que yo. También te diré que a la hora de cerrar un negocio es más fácil que el cliente sea una mujer que con un hombre.
—¿Ha influido la crisis en el sector?
—Sí, pero no de la manera que yo esperaba, porque lo cierto es que la limpieza hay que realizarla sea como sea. Un cliente sale, pero otro entra. Yo mantengo el mismo número de trabajadores. No me he visto obligada a prescindir de ninguno, tal vez, porque damos un abanico muy amplio de servicios y hemos podido por ello mantenernos. Quizá, donde más se ha notado la crisis es en la limpieza en domicilio porque se ha renunciado a la limpiadora para realizar las tareas de la casa uno mismo y ahorrarse unos euros. También se ha notado, en algunos casos, en comunidades de vecinos en las que se ha eliminado el servicio de portería y bajada de basura y, ahora, cada vecino baja la suya. Además, con esta situación, lo que se ha incrementado es la competencia con empresas de limpieza que han reducido los precios hasta límites incompatibles con la prestación de un buen servicio. El cliente se fija en que paga menos, pero tarda muy poco en dejar esas empresas porque no prestan un servicio adecuado.
—¿Qué servicios ofrece “Limpiezas Juma”?
—Cubrimos casi todos los campos de la limpieza: de comunidades de vecinos y servicio de portería, de centros, tanto colegios como otras grandes superficies, incluso hemos realizado, en varias ocasiones, la limpieza general en la Institución Ferial de Jaén como, por ejemplo, en la Exposición “Tierras del Olivo”, inaugurada por el Rey. Realizamos también limpieza de cristales. Somos especialistas en pulido y abrillantado de suelos y, ahora, hemos ampliado nuestro servicio a la limpieza de garajes con una máquina especial y que se está demandado bastante.
—¿Tiene su empresa precios competitivos?
—Somos una de las empresas que, según el último balance emitido por la Cámara de Comercio de Jaén, tiene los precios más bajos, pero no porque prestemos peor servicio, este es el mismo, aunque el beneficio sea menor para la empresa.
—¿Emplea por igual a mujeres y a hombres en el servicio de la limpieza?
—No, y no es porque no crea en la igualdad, simplemente, es que los clientes demandan mujeres para realizar estas tareas. Es cierto que hay trabajos que las mujeres no pueden realizar, según el Plan de Prevención de riesgos laborales, como subirse en una escalera a más altura de la permitida y eso se respeta claro está. En la limpieza de domicilios o de tiendas se prefiere siempre a la mujer y al hombre para el servicio de portería, la limpieza de cristales, pulimentado de suelos o limpieza de cocheras.
—Su empresa es un ejemplo claro de no discriminación, ¿no es así?
—Imagino que te refieres a que entre mis empleadas cuento con dos mujeres de etnia gitana o tres extranjeras. Esta empresa está abierta a cualquier persona sin discriminación de ningún tipo porque estas trabajadoras me han demostrado que puedo confiar plenamente en ellas y en su trabajo y los clientes están muy satisfechos con su trabajo. Hay que desterrar ya falsos prejuicios. Si el cliente no aceptara a una de mis trabajadoras, se va el cliente. Mi trabajadora la mantengo porque confío en su labor.
—Un consejo para otras mujeres que no se atreven a montar su propio negocio
—Tener muy claro su sueño y la meta que quiere conseguir, que no se dejen derrotar ante las adversidades. Cuanto más negro está nuestro sueño, mejor será la victoria al conseguirlo.