30 nov 2015 / 15:16 H.
El Linares sumó otro punto más en casa y, como en tantas otras ocasiones, fue acreedor de la victoria. Sin embargo, no reaccionó hasta que el Mérida lo puso contra las cuerdas con el tanto de Perera a los diez minutos. Y es que quedó demostrado que el conjunto azulillo, en casa, no puede jugar con un solo delantero. El planteamiento de Torres fue equívoco visto lo visto en los primeros veinticinco minutos, en los que el conjunto emeritense dispuso de ocasiones más que suficientes para abrir una brecha casi insalvable para los locales. Torres, por suerte, se dio cuenta a tiempo y retiró a Lara del terreno de juego para dar entrada a Juanfran, que ayer se reivindicó y fue el verdadero artífice de la reacción linarense. Su presencia en el cuidado césped de Linarejos cambió por completo la cara a un partido que hasta ese momento tenía un único dueño: el Mérida. Bien es cierto que, a la media hora, Francis Ferrón pudo anotar el empate en un pase de la muerte de Higinio Vilches que remató a bocajarro para que se luciera Raúl Moreno con una intervención milagrosa. El Linares, más activo desde la entrada del delantero granadino, aplacó el juego visitante hasta el final de la primera parte. La segunda fue otro cantar. El conjunto de Ángel Alcázar desapareció del campo y cometió el mayor error que puede hacer un colectivo, ceder la pelota a un equipo que, con ella en su poder, es capaz de todo. Y así pasó. El Linares fue un auténtico vendaval. Las ocasiones de peligro se sucedían a cada minuto hasta que Juanfran —el mejor de los veintidós jugadores sobre el campo— agarró un pase por la banda derecha para fusilar al portero visitante. Los locales tenían hambre de más. A duras penas el Mérida podía contener las acometidas azulillas. Con David Gámiz y Rodri como directores de orquesta empezaron minutos de fútbol total, con triangulaciones y llegadas reiteradas al área visitante. No obstante, su poder ofensivo no fue todo lo efectivo para que se quedaran los tres puntos en el Municipal de Linarejos. El empate, en cualquier caso, se puede considerar justo si se tiene en cuenta el cómputo global de los noventa minutos. La hinchada linarense agradeció el pundonor y el derroche de sus jugadores en el campo con una cerrada ovación y perdonó a Torres los primeros veinticinco minutos. Con esta igualada, el Linares acumula cuatro jornadas seguidas sin perder y se aleja un poco más de la zona de descenso.