JUAN QUESADA VALENZUELA: 'El reciclaje profesional es fundamental en el fitness'

Mariam López
Su fortaleza física, su amabilidad y sencillez lo hacen merecidamente ser uno de los mejores instructores físicos del país. Tras una sesión intensa de spinning, cuando a muchos como la que suscribe, sudorosas, sin aliento, le tiemblan las piernas hasta el punto de no tenerse en pie, él como si nada: Se come una manzana para empezar una clase más.

    18 ene 2010 / 11:18 H.

    Es querido y lo merece porque, además de ser una gran persona, es único como instructor físico y no hay nadie mejor para ayudarnos a muchos a perder los michelines navideños.
    —¿Cómo llega a ser instructor de fitness y de clases colectivas y qué son?
    —Bueno, aprobé mis oposiciones al Estado en 1998 y mi destino estaba fuera. No conocía a nadie y lo cierto es que por ocupar mis ratos libres, cuidarme un poco y conocer a gente, me apunté a un gimnasio. Comencé con musculación, pero un día entré por casualidad a una clase de aeróbic, me gustó y lo seguí practicando hasta que decidí formarme como profesor de aeróbic, de step y de fitness. Lo que en principio comenzó como un hobby, poco a poco, me ha ido gustando. Tanto, que me fui formando y perfeccionando, cada vez más, hasta que pasó a ser mi segunda profesión. Se trata de clases en grupo en una sala acondicionada, dirigidas por un profesor, donde podemos encontrarnos grupos de hasta 20 personas, si hablamos de aeróbic o step, y hasta de 40 personas que llegamos a estar en las clases de ciclo indoor.
    —¿Qué formación se requiere?
    —Formación en una Escuela de Educación Física. Yo estuve nueve meses formándome en aeróbic, step y musculación, pero de allí salimos, como si dijéramos, con un Nivel 1, por lo que se necesita una formación continua. Este sector no para de evolucionar y el reciclaje es fundamental si se quiere superar y avanzar en esta profesión.
    —¿Qué ha cambiado en el mundo del fitness desde que comenzó?
    —Mucho. Cuando comencé hace 10 años, lo que estaba de moda era el aeróbic y el step. Ahora el boom está en el ciclo indoor, el spinning y el pilates, aunque las dos primeras han perdido un poco de interés.
    —¿Por qué cree que el aeróbic y el step ya no enganchan tanto? ¿Acaso las otras modalidades consiguen un mejor acondicionamiento físico?
    —No, todas son válidas para ello, pero quizás es que el aeróbic y el step requieren una coordinación en las coreografías y a muchas personas esto les echa para atrás. Sin embargo, en el pilates o el spinning no se requiere tanta coordinación y la verdad es que estas clases están mucho más llenas. Otras actividades que actualmente están pegando muy fuerte son el body pump y el GAP.
    —¿Qué demanda más el usuario?
    —El ciclo indoor porque es una actividad con mayor gasto calórico. Está muy indicado para bajar de peso y, a la vez, es muy completo para fortalecer piernas, gemelos, y glúteos. Es una actividad muy desestresante, que descarga una cantidad de adrenalina importante. Muchas personas vienen y gritan durante la clase, aprovechando una música fuerte y dicen las cosas que se les ocurren. Salen como nuevos. Es una terapia perfecta para relajar estrés y tensiones.
    —Tenemos el concepto de que la bicicleta, y, en este caso, el spinning, es sólo un ejercicio para piernas, ¿es cierto?
    —No del todo, porque de forma indirecta también se ejercita la parte superior, abdominales, espalda, brazos y pecho, aunque, evidentemente, lo que más se ejercita son los cuadríceps, abductores, gemelos y glúteos. El entrenamiento principal es de la parte inferior, con lo que se llega a un gasto calórico que supera las 500 calorías por hora de clase. Cada una dura entre 45 y 50 minutos, con unos 5 minutos de calentamiento, una fase principal de entre 35 a 40 minutos y una fase de estiramiento y relajación de otros 5 minutos.
    —¿Qué beneficios aporta el ciclo indoor?
    —Además de los beneficios físicos, los psicológicos, porque la persona aumenta su autoestima, se siente mejor, consigue equilibrio con su cuerpo, deja la energía negativa aquí si tiene un mal día y se va con la positiva. También es una actividad que no requiere de una condición física previa porque intentamos no limitar la entrada a nadie. Les aconsejamos que vayan a su ritmo y que no se desmotiven. Es lógico que, ante personas que llevan ejercitándose años, se sientan limitados, pero todo se supera y ahí estamos para motivarlos a seguir. En lo que sí les insisto es en no dejar de pedalear porque este es un ejercicio que juega con el ritmo cardíaco y éste no se puede romper de pronto.
    —¿Qué es el body pump y el GAP?
    —El body pump es un entrenamiento colectivo que se trabaja con música fuerte para que motive, con barras, mancuernas y con bandas elásticas. Es un entrenamiento muscular que termina con unos 20 minutos de trabajo abdominal. Tiene la particularidad de que atrae también a muchos hombres a estas clases. En cuanto al GAP, se trata de un entrenamiento donde no se necesita ningún material, sólo se trabaja con el cuerpo y, como sus iniciales indican, se ejercitan glúteos, abdominales y piernas, trabajándose tanto de pie como en el suelo.
    —¿Y el tan de moda pilates?
    —Es cierto que el pilates goza ahora de mucha popularidad. Se trata de un acondicionamiento físico en el que se trabaja la flexibilidad del cuerpo, la elasticidad, el equilibrio y el control, entre otras. Está muy relacionado con la relajación, de ahí que se traten de movimientos muy lentos y controlados. Se hace descalzo con una música ambiental de fondo que consigue una total relajación y el equilibrio cuerpo-mente. Tiene distintas variantes, como el balón suizo, banda elástica y aros mágicos, que ayudan a fortalecer la espalda, el abdomen, la musculatura interna del cuerpo. Mi refrán es: “Con 10 clases te lo notarás, con 20 te lo notarán, y con 30 tendrás un cuerpo nuevo”.
    —¿Cuántas clases seguidas puede dar y cómo las resiste?
    —Varias. Resisto porque mi cuerpo se ha acostumbrado y porque mantengo una vida sana. Pero, sobre todo, porque me gusta y me siento acompañado y seguido de muchas personas diariamente, que es lo fundamental, y desde aquí se lo agradezco. Tengo clases diarias a las 8 de la mañana y me quito el sombrero ante quienes me acompañan en ellas. No hay nada mejor para cargar las pilas y afrontar el día. Siempre digo que invertir en salud es el mejor seguro de vida que podemos tener.
    —Tengo entendido que corre en la Carrera de San Antón, ¿no?
    —Bueno, desde hace tres años, en Gimnasio Radical formamos un grupo  de unos 50 corredores. Aunque predominan los hombres, hay un grupo muy importante de chicas. Es una carrera dura. Son 10 kilómetros, por lo que hay que dosificarse. Lo importante es comenzarla y acabarla. Ese es el mejor premio para un deportista. Sólo contemplar la belleza de Jaén en su recorrido, vale la pena.